La hoja de psicodrama nº 76

MILAGROS PSICODRAMÁTICOS
Itza, M.B..
Fecha de recepción: 18/12/2022.
Fecha de aprobación: 3/04/2023.
LA HOJA DE PSICODRAMA Nº 76 (32-41)

Resumen

Milagros psicodramáticos es un trabajo de articulación conceptual, que busca explicar lo que se denomina por fenómenos extraños en psicodrama. Se presenta principalmente una revisión teórica de los fenómenos télicos, la catarsis de integración, y la presencia de lo imaginario en los grupos.

Abstract

Psychodramatic Miracles is a work of conceptual articulation, which seeks to explain what we call weird phenomena in psychodrama. A theoretical review of telic phenomena, integration catharsis, and the presence of the imaginary in groups are mainly presented.

Milagros psicodramáticos

Fenómenos extraños en psicodrama

Introducción

En este trabajo se propone dar cuenta de lo que se denomina fenómenos extraños en psicodrama, haciendo una lectura de los fenómenos télicos y la catarsis de integración y cómo operan en el sistema psicodramático.

Asimismo, integrar los aportes sobre lo imaginario en los grupos, con el fin de entender las ilusiones y efectos que se generan, así como destacar la invención de imágenes como potencia creadora de lo grupal.

Lejos de mistificar la práctica psicodramática, la intención es desarrollar los conceptos que Moreno propone y que explican estos fenómenos extraños. Sacarnos el velo también, sobre el uso del método.

La filosofía del psicodrama, la concepción de creación social, la posibilidad de hablar de Dios y ser Dioses, la espiritualidad y la noción de encuentro. Todo este sistema, esta cosmovisión nos posibilitará comprender aquello que cuando vivenciamos parece incomprensible.

Este artículo es una síntesis del trabajo final para la formación de psicodrama y grupos en Compañía Persona, dirigida por Psic. Carmen de Los Santos en Montevideo, Uruguay. Se trata de un trabajo de revisión bibliográfica y articulación conceptual. Esto ha sido un esfuerzo muy importante, ya que muchas veces en la intensidad de la vivencia grupal, no es posible realizar una escritura conceptual sistemática y ordenada. También el esfuerzo está en la posibilidad de organizar algunos conceptos que en la obra de Moreno se encuentran dispersos. Cabe destacar que no se encuentra aquí una revisión acabada de sus textos, sino una selección.

Se abre entonces la Tienda Mágica. Aquí se desvelaran algunos misterios del psicodrama, otros no. Quedarán para siempre guardados en la magia del encuentro.

Espiritualidad en Psicodrama – creación social y filosofía del momento

Cuando hablamos de la espiritualidad en psicodrama nos referimos a la concepción de ser que trasciende la división subjetiva individual y lo conecta con los otros, con el cosmos.

“El hombre es más que un ser psicológico, social o biológico. Es un ser cósmico. El reducir su responsabilidad a lo psicológico, social o biológico, lo convierte en un descastado. El hombre es co – responsable por el universo todo” (Moreno,1966, p. 14).

En este sentido, se puede señalar un modo de entender a Dios, así como la creación social y la filosofía del momento.

“El universo es creatividad infinita. (…) Pero la creatividad no es categoría mística, aristocrática, estética o teológica, “separada”, si bien está al tope, también lo está en la cima; está en el macrocosmos, pero también en el microcosmos, en lo más grande y también en lo más pequeño, en el átomo físico y en el social, supera lo común y lo trivial, está en las formas de existencia más transitorias y en las eternas; se produce en el aquí y ahora, tal como yo les hablo ahora” (Moreno,1966, p. 14).

Moreno plantea que la creatividad es de la categoría de la sustancia, necesita de la espontaneidad para hacerse efectiva. También es parte del “alma orgánica”, no es sólo una cualidad humana.

En otras palabras, lo plantea De los Santos (2019):

“Moreno trasmitió la idea del hombre- genio por la relación inmanente con Dios que él situó tanto en la filosofía como en la metodología abordada. La posibilidad de inversión de roles con el Dios que concebía Moreno permite compartir la archisustancia de la creatividad” (p. 84).

Plantea cuatro universales de la psicoterapia: tiempo, espacio, realidad y cosmos.

Cada uno de estos universales deben ser experimentados de determinada forma en el proceso psicoterapéutico (Moreno, 1966).

La concepción de Dios se encuentra integrada en el cuarto universal, en el cosmos. Se plantea un pasaje donde cada uno puede ser un Dios creativo realizador de todas las posibilidades.

“En el mundo psicodramático el hecho de la encarnación es central, axiomático y universal. Cualquiera puede mostrar su versión de Dios con sus propias acciones y de esa manera comunicar su versión a los otros.” (…) “Fue una transformación importante la del Dios cósmico de los hebreos, el Dios – El, al Dios vivo de Cristo, el Dios – Tú. Pero fue aún mucho más desafiante la transformación del Dios – Tú al Dios – Yo, que pone toda la responsabilidad en mí y en nosotros, el Yo y el grupo” (Moreno, 1966, p. 14).

“El que encarna a Dios ya no es más el amo, el gran sacerdote o el gran terapeuta. La imagen de Dios puede cobrar forma y cuerpo en cualquier hombre: el epiléptico, el esquizofrénico, la prostituta y el rechazado. Todos ellos pueden en cualquier momento, subir al escenario en el momento de su inspiración y mostrar su versión del significado que el universo tiene para ellos. Dios está siempre dentro y entre nosotros, tal como está para los niños. En lugar de descender de los cielos, entra por la puerta del escenario: ¡Dios no ha muerto, vive en psicodrama!” (Moreno, 1966, p. 15).

Creación social

Una de las preguntas de este trabajo es sobre los modos que se dan los grupos y las sociedades para inventar lo nuevo. Moreno desarrolla una teoría sobre la creatividad como criterio de salud y de transformación social.

Propone una Revolución Creadora que cuestione los productos artísticos acabados, a los que denomina conservas culturales, y valore el proceso de creación. Para esto se basa en una filosofía del momento que integra los concep- tos de locus, matriz y status nascendi (Bustos, 1992).

El locus es el lugar donde se generan las situaciones. El psicodrama da especial importancia al lugar, integrando la dimensión del espacio como una de los universales de la psicoterapia, planteando la posibilidad de hacerla, allí “donde la gente vive, ama y sueña” (Bustos, 1992).

La matriz es el generador, “en la planta será la semilla germinada, en el niño el óvulo fecundado” (Bustos, 1992, p. 31). Es hacia la matriz hacia donde se dirigen las operaciones terapéuticas, priorizando la pregunta para qué se genera determinado síntoma, ante el por qué (Bustos, 1992, p. 31).

El status nascendi contempla el permanente movimiento en algo que no es, sino que va siendo (Bustos, 1992). Y tiene que ver con la categoría del Encuentro.

La creatividad y la espontaneidad son conceptos que se encuentran en relación. La creatividad sería la sustancia, y la espontaneidad es el factor energético que se necesita para desarrollarla.

La espontaneidad, lejos de ser espontaneísmo, es una fuerza que puede entrenarse para estar disponible. De hecho Moreno propone una línea de educación de la espontaneidad que ha fundamentado luego los desarrollos del psicodrama pedagógico. Reconoce las siguientes formas de espontaneidad: cualidad dramática, creatividad, originalidad, adecuación a la res- puesta (Moreno, 1993).

Psicoterapia de Grupo

Dentro de la marginalidad del Psicodrama y los modos que encontró Moreno de ir difundiendo e instalando sus ideas, encontramos cierto desconocimiento social sobre el lugar que tuvo éste en la invención de la psicoterapia de grupo.

Reseñaremos a continuación una entrevista que le realizan a Moreno con motivo de la re edición de su libro Psicoterapia de Grupo y Psicodrama. La misma es publicada en el vol. III de los Cuadernos de Psicoterapia, – dirigidos por Rojas Bermúdez – del año 1968.

En la misma, Moreno da cuenta de las dificultades de aceptación de esta idea en Europa y la posibilidad de desarrollo que tuvo luego en los Estados Unidos. Atribuye esta dificultad a la primacía del psicoanálisis que no veía con buenos ojos la posibilidad de los grupos y lo grupal.

Resalta sus principales descubrimientos. Los primero es identificar que todo grupo tiene una estructura propia que puede ser estudiada y analizada, por lo cual se desarrolla la sociometría y el análisis del grupo pequeño. Lo segundo supone puntualizar, que a través del psicodrama se pueden visibilizar las interacciones existentes entre los miembros del grupo que permanecen ocultas (Moreno,1968, p. 6),

“La Psicoterapia de Grupo, la Sociometría y el Psicodrama son como tres hijos nacidos de una misma madre. Crecieron juntos y se nutrieron de una misma madre” (Moreno, 1968, p. 17),

El autor (Moreno, 1968) plantea algunos principios que rigen la psicoterapia de grupo, a saber:

  • Interacción Terapéutica. Supone el foco en la interacción que se da entre los sujetos, y el potencial terapéutico que tiene el mismo, siendo éste desplazado del terapeuta al grupo.
  • La psicoterapia de grupo posibilita la intervención en los lugares “donde la gente vive” (Moreno, 1968, p. 9), revalorizando la función de la realidad en la psicoterapia y trabajando sobre ella ya sea como ensayo, modificación o expresión de deseo.

    “El terapeuta se convierte en el grupo, en una persona real y no solamente un blanco de la transferencia; y esto ocurre con todos los participantes. La situación terapéutica se acerca así a la dinámica real de la vida, en vez de ser una situación artificial de diván” (Moreno, 1968, p. 9).

  • Espontaneidad. Se necesita el entrenamiento espontáneo para que se generen las interacciones libres entre los participantes del grupo, que siempre son imprevisibles. ● _ Aquí y Ahora. Se trabaja siempre desde el presente. “El momento no es parte de la historia, sino que la historia es parte del momento” (Moreno, 1968, p. 14).
  • Acting Out o elaboración actuada. En la psicoterapia de grupo se promueve la actuación de los conflictos como modo de resolución de los mismos. En ese sentido se posibilita una “elaboración actuada”. Esta se diferencia del acting out irracional, y se plantea aquí como una técnica dentro de la situación terapéutica.

    “convirtiendo al acting out en técnica oficial y legítima de la terapia, el paciente esperará actuar ante el terapeuta las fantasías y planes que lo acosan, en lugar de frustrarlos y convertirlos en resistencias. El fin de los métodos terapeúticos debe ser proveer al paciente con una variedad de posibilidades que le permitan expresar el carácter multidimensional de la vida misma” (Moreno, 1969, p. 9).

Esta trama es la que sostiene y posibilita que se desplieguen algunos fenómenos imaginarios, así como otros que Moreno definió de comunicación a distancia y en los que profundizaremos.

Lo imaginario en los grupos El campo grupal ha generado un acumula- do en relación al modo de pensar la producción imaginaria en los grupos. Desde el psicoanálisis aplicado a los grupos, hasta los teóricos de la psicología social rioplatense, se ha acordado sobre la potencia de invención de imágenes que suponen los mismos.

Los estudios de la imagen han profundi- zado en el lugar que éstas ocupan en la produc- ción de subjetividad. Destacamos al teórico Hu- berman (2006), quien trabaja sobre el ejercicio de la mirada y señala el obrar identificatorio de la misma.

Este ejercicio de la mirada, nos sitúa en la dimensión del encuentro, donde los tiempos se aglutinan. Huberman (2006), dice que la imagen se instala como un umbral, como una proyección hacia afuera y hacia adelante. Así miramos.

Así lo plantea Anzieu (2004): “los sujetos humanos van a los grupos de la misma forma que al dormirse entran en el sueño. Desde el punto de vista de la dinámica psíquica, el grupo es un sueño” (p. 69).

Se plantea como un espacio de realización de deseos infantiles inconscientes. Y se encuen- tra regido por las mismas leyes: condensación, desplazamiento, repetición de lo idéntico, etc.

El grupo exige a sus integrantes ciertas renuncias pulsionales que deben hacerse para poder ser parte. También enfrenta a un número contable de personas diferentes procesos iden- tificatorios en los que se juegan la aprobación y el rechazo. “El grupo lleva al individuo muy lejos hacia atrás, allí donde no estaba todavía constituido como sujeto, allí donde se siente disgregado” (Anzieu, 2004, p. 55).

En ese sentido el grupo se instala como un espacio poblado de imágenes, de fantasías, de ilusiones. Anzieu (2004) llama ilusión grupal al estado psíquico que se genera en los participan- tes de los grupos en particular funcionamiento del aparato psíquico grupal.

Los organizadores socio – culturales ofrecen especial interés para este trabajo, ya que suponen el sentido social que se le atribuye a los grupos y que sostiene el resto de los procesos psíquicos. Son “esquemas de figurabilidad (…) y son un sostén de la función narrativa y legitimante que todo grupo utiliza para autorrepresentarse, autoidentificarse, construirse un origen y diferenciarse de los otros grupos” (Kaes, 2010, p. 151).

Kaes (2010), distingue tres modalidades de acoplamiento: polo isomórfico, polo homeomórfico y torbellino, que se alternan durante el proceso grupal. El polo isomórfico refiere al momento en que los organizadores grupales son idénticos a los de los integrantes, se genera la ilusión de borramiento de los límites. “La correspondencia término a término implica la formación de un espacio psíquico común e indiferenciado, producto de la fusión imaginaria de los espacios psíquicos individuales y del espacio psíquico grupal” (Kaes, 2010, p. 163).

Martinez Bouquet (1977), desarrolla lo que es la posición imaginaria en psicodrama. Plantea que las escenas imaginarias son inabarcables por su dimensionalidad excesiva, pero puede accederse a esa posición a través de los reveladores, que son intermediarios discursivos, estructuras secundarias que ofician de puente entre las diferentes dimensiones.

A continuación, describiré algunos mecanismos de acción de los reveladores (Martinez Bouquet, 1977):

  • Se ubican en el límite de lo discursivo.
  • promueven oscilaciones
  • se centran en los afectos y/o a la tensión dramática
  • generan una ausencia vibrante. La ausencia de la persona provoca la intensificación de una presencia, la de un personaje.
  • Utilizan el mecanismo del Desplazamiento

También describe el espacio imaginario al que caracteriza como un continuo pre existente, que se revela sólo en algunos momentos, y que da respuesta a algunos fenómenos que parecen inexplicables como la similitud de contenidos de los sueños de los participantes de un grupo, o la sensación de verosimilitud que se experimenta en determinado intercambio de roles (Martinez Bouquet, 1977).

Por último, propone el psicodrama como un método privilegiado para la liberación de los fantasmas. Se refiere a los mismos como “los malos personajes imaginarios” (p. 135), generando el psicodrama un espacio de habilitación posible de estos personajes.

“En nuestro aprendizaje de lo discursivo hemos luchado contra los personajes indómitos que intentaban mantener su autonomía. Fue difícil en nuestra infancia el llegar a reconocernos netamente como individuos, cortar los puentes, establecer las vallas en los límites. Hemos debido negar el espacio común en donde cada uno no es algo separado; tuvimos que creer que éramos islas de lo imaginario, cada uno con su pequeño territorio imaginario circunscrito y encapsulado, atenuada su fertilidad. Porque lo imaginario común era aquello de lo que se debía escapar, con el fin de dominar lo imaginario y alcanzar la pureza unisexual del discurso” (Martinez Bouquet, 1977).

Fenómenos a distancia en Psicodrama

Factor Tele

Intentaré en este apartado articular teóricamente el concepto de tele en la obra de Moreno, así como en el aporte de otros autores.

Lo primero a destacar es que el concepto de tele se encuentra fundamentado en un pilar de la filosofía moreniana, como es la noción de Encuentro.

“El Encuentro es un fenómeno télico. El proceso fundamental del tele es la reciprocidad: reciprocidad de atracción, reciprocidad de rechazo, reciprocidad de excitación, reciprocidad de inhibición, reciprocidad de indiferencia, reciprocidad de distorsión” (Moreno, 1966, p. 4).

Al aplicar este concepto a la dinámica de los grupos, el autor se ve obligado a dar cuenta de los límites de un pensamiento de inconsciente individual,

“La base de la clasificación sociométrica no es una psique que está vinculada a un organismo individual, más es un organismo individual dislocándose del espacio en relación a cosas o a otros sujetos” (Moreno en Aguiar, 1990, p. 71). 

 “Cuando descubrimos que los átomos sociales y las redes poseen una estructura duradera y que su desenvolvimiento sigue cierta orden, debemos admitir la existencia de estructuras extra – individuales (…) por donde circula ese flujo mental” (Aguiar, 1990, p. 70).

Asimismo, critica la concepción de inconsciente colectivo desarrollada por Jung por entender que la misma realiza un pasaje de lo individual a lo colectivo, sin anclarlo en ninguna experiencia singular concreta. “El problema aquí no son las imágenes colectivas de una cultura dada o de la humanidad, sino la relación y cohesión específicas de un grupo de individuos” (Moreno, 1969, p. 36).

Desarrolla entonces la noción de estados co – inconscientes.

“Esta red co – inconsciente reflejada en sociogramas, y diagramas de roles, que une a los varios miembros del grupo con diferentes grados de identidad, es el río en que las historias individuales desembocan; es el flujo de co-consciencia y co – inconsciencia.” (Moreno, 1969, p. 37).

“algunos individuos poseen una relación con otros, una sensibilidad: parecen ligados por un alma común. Cuando se animan a liberar su espontaneidad, establecen entre ellas una especie de acuerdo afectivo, que frecuentemente no se puede atribuir al simbolismo verbal. El análisis de cada individuo, considerado aisladamente, se revela incapaz de explicar esas afinidades” (Moreno como citado en Aguiar, 1990, p. 73).

Moreno identifica un fenómeno llamado “co – inconsciente”. Tratase de un formidable conjunto de experiencias que va desde el deseo, y la fantasía, la memoria, la virtualidad de la creación, los conflictos y la solidaridad (…) (Aguiar, 1990, p. 20).

El concepto de tele refiere a un modo de comunicación, un fenómeno de comunicación a distancia. La imagen del teléfono es frecuentemente utilizada por Moreno para referirse a la bipolaridad del fenómeno télico. “Cada uno es clarividente para otro. Posee un sentido especial de comunicación directa, una comprensión recíproca”. (Moreno como citado en Aguiar, 1990, p. 67)

“Tele se refiere a un vínculo de percepción, de afecto o de relacionamiento objetal amoroso. Por medio de tele comprendemos los pensamientos y los sentimientos de otros. Es una conexión, un vínculo” (Loomis como citado en Aguiar, 1990, p.78).

“conjunto de procesos perceptivos que permiten al sujeto una valoración correcta del mundo circundante” (Bermúdez como citado en Aguiar, 1990, p.84).

“Una hipótesis que aventuré fue la de considerar la relación télica como un encuentro de espontaneidades. Con efecto, el acto espontáneo se caracteriza por su radical contemporaneidad. Siendo así, el individuo se encuentra en una situación de plena libertad y presencia, de tal forma que sus relaciones se establecen sin amarras y sin sujeción a alguna forma de alienación (psíquica, ideológica, etc.). (…) El locus de la tele es la espontaneidad” (Aguiar, 1990, p. 98).

Tele y transferencia

Moreno se encarga de diferenciar la tele de la empatía y la transferencia, fenómenos éstos que, si bien se encuentran presentes, se ven superados y contenidos en la experiencia télica.

“En la relación terapeuta-paciente pueden observarse dos procesos: uno de ellos es la transferencia, el desarrollo de fantasías inconscientes que el paciente proyecta en el terapeuta, rodeándolo de un cierto encanto; pero se produce entonces otro proceso más importante aún, Tele (derivado del griego: proyección a la distancia) y que irradia de esa parte del ego que no puede ser alejada por auto – sugestión”. (…) “Es el elemento destinado a mantener el grupo unido” (Moreno, 1969, p. 13).

Tele es una noción social, mientras que la transferencia y la empatía serían emociones individualizadas. “Empatía: proyección afectiva de sentido único” (Moreno como citado en Aguiar, 1990, p. 71).

“Ocurren percepciones e intuiciones del paciente y del terapeuta verdaderas y astutas. Tele es lo firme que resta después de desvanecida la magia de la transferencia (…) es un insight que acontece, un encuentro de personas con personas, una comunicación bilateral” (Loomis como citado en Aguiar, 1990, p. 78).

En Las bases de la psicoterapia, Moreno (2012) identifica tres tipos de vínculos que describiremos a continuación.

Los vínculos actuales, se verifica en las relaciones concretas, en el plano del que Moreno llama de realidad (en contraposición con la fantasía) (Aguiar, 1990, p. 51). En la transferencia la actualidad del vínculo está perdida.

Los vínculos residuales se definen de la siguiente forma:

“Tales vínculos tienen una historia de realidad, pero su existencia actual está en el plano de la fantasía, de la memoria. En otras palabras, un sujeto individual conserva una imagen sociométrica de relaciones bipersonales o grupales vivenciadas en el pasado” (Aguiar, 1990, p. 57).

Los vínculos virtuales, por su parte tienen que ver con modos vinculares impuestos socialmente, como por ejemplo, la ideología (Aguiar, 1990).

Desarrollo del Factor Tele

Moreno plantea que el factor télico se va desarrollando junto con la personalidad, partiendo de una matriz indiferenciada y desarrollándose luego en diferentes elementos.

La personalidad puede ser definida como una función de genes, espontaneidad, tele y ambiente (Moreno como citado en Aguiar, 1990, p. 74).

“En su forma primitiva, el factor tele debe ser indiferenciado, un tele de matriz de identidad, gradualmente se da una separación de un tele para objetos y un tele para personas. Un tele positiva se separa de un tele negativa, un tele para objetos reales, de un tele para objetos imaginarios” (Moreno en Aguiar, 1990, p. 75).

“De acuerdo con la teoría télica, el desarrollo de la sensibilidad télica está estrechamente ligado a la matriz de identidad y al desarrollo de la corteza cerebral. A medida que las figuras maternas y los niños se separan lentamente, y el patrón de identidad se debilita, la reciprocidad télica aparece y opera como función residual. La reciprocidad télica propone que A y B son una unidad interaccional y cooperacional; que son dos partes del mismo proceso, aún cuando ocasionalmente se encuentren en distintos puntos del espacio y el tiempo” (Moreno, 1966, p. 21).

El autor reconoce tres elementos de la tele: conativo, cognitivo y psicomotriz.

El elemento conativo: tiene que ver con una predisposición para la acción, actitud de anticipación interna de un acto. Envuelve contenidos fuertemente afectivos: motivaciones, disponibilidades, reacciones emocionales, sentimientos, todo eso mezclado con experiencias pasadas y del momento presente (Aguiar, 1990, p. 95).

El elemento cognitivo supone la mutualidad de conocimiento de los integrantes de un grupo. El elemento psicomotriz supone la acción propiamente dicha, basada en los movimientos, cuando dos integrantes de un grupo se encuentran o des encuentran, se acercan y se alejan dentro de la sesión.

Catarsis de Integración

La catarsis de integración es otro de los fenómenos que cuando ocurre genera efectos de magia o al menos de situación inexplicable. Por eso lo incluyo en este trabajo, para intentar explicar su funcionamiento y tal vez desentrañarlo.

“La integración de la que hablamos tiene un aspecto mágico. Entiéndase magia aquí no como una falsa causalidad ingenuamente afirmada o como una manipulación farsesca de poca credibilidad, hablamos de intuición de una integridad cósmica que da sentido a fenómenos no inteligibles cuando son mediados por la racionalidad” (Aguiar, 1990, p. 28)

Para esto lo primero es situar el psicodrama como método de acción terapéutica. En el artículo “El significado de las formas terapéuticas”, Moreno (1969) desarrolla las modalidades de intervención terapéutica y pone el valor el acting out dentro de la propuesta psicodramática. Realiza una crítica al psicoanálisis por ser un método exclusivamente verbal, e intenta desde allí situar una teoría que integra el movimiento en sus concepciones.

Diferencia el acting out que se da en una situación controlada de aquel que se da de forma irracional. Y valora el mismo como una forma más eficaz de vencer la resistencia, así como un modo de prevención del acting en la realidad.

Moreno trabaja el concepto de catarsis, haciendo una lectura de los conceptos aristotélicos y de las religiones orientales y planteando una integración de la misma a través del psicodrama.

La catarsis de integración incluye la dimensión ética y estética siendo el protagonista quien libera y se libera en el drama. “Uno de los efectos del entrenamiento de la espontaneidad y del caldeamiento es la catarsis mental. Esta ha adquirido un significado nuevo con el desarrollo del psicodrama. Difiere de la de Aristóteles, que se producía en los espectadores por la conserva dramática del teatro griego y de la de Breuer por el método de hipnocatarsis en: 1) actuar, insight por la acción, cambio por la acción, entrenamiento por la acción; 2) catarsis del actor vs. Catarsis del espectador; 3) en contraste con la catarsis de abreacción, la catarsis de integración, y 4) catarsis por medio del actuar, seguida de la propia interpretación en contraste con la catarsis por medio de la asociación libre seguida de la interpretación del terapeuta” (Moreno, 1966, p. 16).

La catarsis de integración no es un fenómeno que se da de una vez y para siempre, sino que se va logrando por medio de aproximaciones sucesivas.

“El psicodrama es clasificado a menudo como método catártico, lo que no es correcto. El proceso terapéutico incluye la catarsis, pero el punto principal es la integración sistemática, integrando gradualmente las diversas partes de la producción: el drama consiste de escenas estructuradas, cada escena con roles estructurados y cada rol con interacciones también estructuradas. Las abreacciones se producen solamente de forma aislada. Pueden producirse varias abreacciones de parte del protagonista, de los yo-auxiliares, así como del grupo de pacientes. Todos están comprometidos en una sinfonía de gestos, emociones, luchas e interacciones. En la realización del psicodrama intervienen emociones, pensamientos y habilidad científica y artística” (Moreno, 1969, p. 9).

Comunicación e Imágenes de Futuro

De Los Santos (2019), retomando a Bello, plantea que la teoría Moreniana refiere a las relaciones humanas y a la comunicación. Este aspecto me parece interesante, ya que entiendo que el psicodrama aborda la comunicación humana y no humana en su más amplio espectro.

En este sentido Moreno ya planteaba su preocupación por el surgimiento de los medios masivos de comunicación y los modos en que podría pensarse la masividad de los procesos terapéuticos.

“Por supuesto, que los medios masivos tales como la televisión y el cine son influyentes a la distancia, pero evidentemente son relaciones en un solo sentido. De manera que está implícito en el concepto de tele que las relaciones entre dos individuos se establecen en un doble sentido sin importar la lejanía entre ellos.” (…) “El psicodrama por televisión es en este momento, el método del futuro por excelencia. Pero habrán de surgir otros métodos, aún mejores. La consigna es que todos los seres sean incluidos en la terapia, toda la humanidad” (Moreno, 1966, p. 27).

La situación de la pandemia, desafió una vez más los límites de lo pensable. Y en ese límite se inventó la forma de hacer psicodrama a distancia. De utilizar las máquinas y los robots a nuestro favor. De tener la certeza, como una vez lo dijo Moreno, de que “El encuentro nunca desaparecerá de la tierra” (Moreno, 1966, p. 26).

Conclusión

Los fenómenos extraños en psicodrama están basados en un sistema que los promueve y hace funcionar. Con una ética y una concepción de sujeto, una metodología acorde a estos principios y, por último, con un arsenal técnico a disposición de la producción grupal.

Así lo vemos en el primer apartado, donde se explicita la concepción del sujeto planteada por Moreno, pensada más allá de lo humano, en comunicación con el cosmos e integrando la dimensión de la espiritualidad. El universo es concebido como creatividad pura, y es en esa conexión del sujeto con la fuente creativa donde se plantea la experiencia de la divinidad, de ser dioses.

El desarrollo de lo grupal como espacio intermedio, así como la invención de la sociometría, crean un nuevo lugar para el despliegue de la imaginación, el juego y la fantasía. También un lugar donde trabajar lo trágico, lo doloroso, lo real.

Desde esta perspectiva, los fenómenos télicos son pensados como un modo ampliado de la comunicación, que pueden ser leídos por el psicodramatista para ponerlos en juego en la dinámica grupal. La catarsis de integración es la posibilidad del alivio grupal, de sentir que podemos sanarnos un poco entre todos.

Se cierra aquí La Tienda Mágica, aún con más milagros para ofrecer para quien quiera encontrarlos.

Referencias/Bibliografía

  • Aguiar, M. (1990). O teatro terapéutico. Papirus.
  • Anzieu, D. (2004). El grupo y el inconsciente. Biblioteca Nueva.
  • Bustos, D. (1992). El psicodrama. Plus Ultra.
  • De Los Santos, C. (2019). Memorias compartidas y resistencia social. El Psicodrama y su transmisión en Uruguay. Flacso.
  • De Los Santos, C. (2021). Palabras Inaugurales. Paper presented at the 13° Congreso Iberoamericano de Psicodrama. Montevideo.
    https://iberopsicodramauy.com/
  • Huberman, D. (2006). Lo que vemos, lo que nos mira. Ediciones Manantial.
  • Kaes, R. (2010). El aparato psíquico grupal. Gedisa.
  • Martinez Bouquet, C. (1977). Fundamentos para una teoría del psicodrama. S XXI.
  • Moreno, J. (1993). Psicodrama. Lumen.
  • Moreno, J. (1966). La tercera revolución psiquiátrica y el alcance del psicodrama. Cuadernos de Psicoterapia, 1(1), 5-28.
  • Moreno, J. (1968). La escuela sociométrica y la ciencia del hombre. Cuadernos de Psicoterapia, 3(1).
  • Moreno, J. (1968). Un cuarto de siglo de psicoterapia de grupo. Cuadernos de Psicoterapia, 3(2).
  • Moreno, J. (1969). Normas y técnicas fundamentales del psicodrama. Cuadernos de Psicoterapia, 4(1).
  • Moreno, J. (1969). El significado de las formas terapéuticas. Cuadernos de Psicoterapia, 4(2,3).

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