INTERVENCIÓN EN PSICODRAMA CORPORAL A TRAVÉS DE VIDEOS: UN ENFOQUE HÍBRIDO ONLINE Y OFFLINE. (PARTE I)
Auguste, G., Lombardo Cueto, M., & Villanueva, K.
Fecha de recepción: 19/01/2024.
Fecha de aprobación: 7/09/2024.
LA HOJA DE PSICODRAMA No 78 (06-19)
Resumen
Este trabajo busca desarrollar herramientas teórico-técnicas para el psicodrama individual en línea, adaptando esta práctica a entornos digitales. Utilizando el cuerpo y el movimiento como principales herramientas, se exploraron aspectos de la mente del paciente a través de vídeos de danza. El proceso terapéutico se estructuró en dos fases: una asincrónica, basada en el intercambio de vídeos entre el paciente y la yo auxiliar, y una sincrónica, donde ambos coincidieron en una sesión de psicodrama corporal en Zoom. A lo largo del artículo, se deconstruyen estos procesos bajo el enfoque de Derrida (1990), analizando la relación entre imagen, movimiento y significado. La hipótesis plantea que el movimiento permite la emergencia de contenidos inconscientes susceptibles de ser elaborados en la intervención. Este estudio contribuye a la investigación en psicodrama contemporáneo y destaca la importancia de enfoques híbridos para mejorar la atención en salud mental.
Abstract
This work aims to develop theoretical and technical tools for individual psychodrama in online settings, adapting the practice to digital environments. Using the body and movement as core tools, aspects of the patient's mind were explored through dance videos. The therapeutic process was structured in two phases: an asynchronous phase, based on video exchanges between the patient and the auxiliary ego, and a synchronous phase, where both participated in a live psychodrama session via Zoom. Throughout the article, these processes are deconstructed following Derrida’s (1990) approach, analyzing the relationship between image, movement, and meaning. The hypothesis suggests that movement allows unconscious content to emerge, which can then be elaborated in the psychodramatic intervention. This study contributes to contemporary psychodrama research and emphasizes the importance of hybrid approaches to enhance mental health care.
Intervención en psicodrama corporal a través de videos: un enfoque híbrido online y offline. (Parte I)
El estudio se ha dividido en tres artículos: la primera parte aborda la teoría y metodología del psicodrama corporal online; la segunda parte desarrolla el análisis de un caso clínico específico; y la tercera parte se enfoca en el modelo de mentalización de Fonagy y Bateman (2004), la discusión y las conclusiones del estudio.
Introducción
Este trabajo se enmarca en la tarea de construir herramientas teórico-prácticas psicodramáticas para el abordaje en línea, es decir, un proceso de psicodrama llevado a cabo utilizando las plataformas Zoom (videollamada) y WhatsApp (chat).
La intervención de psicodrama corporal en línea que se analiza en este trabajo tuvo lugar dentro de un proceso de psicoterapia individual breve por videollamadas, la cual consistió en el intercambio de vídeos entre el paciente y la yo auxiliar a través del WhatsApp del director del psicodrama. La primera consigna que se le dio al paciente fue grabar un vídeo en el que expresara con su cuerpo lo que había comentado con el director en una sesión. Se le pidió que eligiera una pieza musical y que enviara el registro al director por chat.
Este proceso tuvo dos momentos. El primero fue asincrónico y consistió en el intercambio de dos vídeos, utilizándose la cuenta de WhatsApp del director para dicho intercambio. El segundo momento fue sincrónico y consistió en una dramatización conjunta entre el paciente y la yo auxiliar durante una videollamada. Para la sesión sincrónica se hizo uso de la plataforma Zoom. A su vez, el equipo terapéutico se mantuvo comunicado todo el tiempo mediante correos electrónicos y llamadas y mensajes de WhatsApp, también hubo un encuentro presencial entre las yo auxiliares. Una vez finalizadas las sesiones de psicodrama, se continuó con el proceso de psicoterapia para elaborar y trabajar otros temas.
Se pueden tomar como antecedentes de este trabajo la técnica de «psicodrama filmado» descrito por Vaimberg y Lombardo (2015) y Rojas Bermúdez (1997), el trabajo con la construcción de esculturas corporales estáticas o en movimiento en sesiones de grupo y el trabajo con imágenes a partir de fotografías.
En relación con la virtualidad, así como con el contexto social de digitalización e hiperconexión de la vida cotidiana, los dispositivos móviles y las restricciones sanitarias de la pandemia de COVID-19 han ampliado el acceso a la salud y a sus herramientas de intervención (Vaimberg y Lombardo, 2012), restando importancia a la geolocalización de los pacientes durante los procesos psicoterapéuticos. Por lo que, tal como plantea Kaplan (2022), el psicodrama contemporáneo requiere respuestas creativas y espontáneas para su adaptación al entorno digital.
A pesar de que existen investigaciones sobre el psicodrama que estudian su viabilidad y eficacia cuando es mediado por la tecnología (Kaplan, 2022), este trabajo es innovador, ya que se trata de un estudio de caso único en el cual se ponen en debate los instrumentos (como el rol del director y de la yo auxiliar, los escenarios, etc.) y las etapas (caldeamiento, dramatización y compartir) de la sesión psicodramática.
El análisis, en tanto, es a nivel técnico y teórico, ya que se exploran temas relacionados con el cuerpo, el movimiento, la imagen y la palabra en la psicoterapia psicodramática.
Encuadre y herramientas utilizadas
La intervención de psicodrama corporal en este trabajo combinó un enfoque dual, integrando intervenciones asincrónicas y sincrónicas. El enfoque asincrónico consistió en el intercambio de vídeos pregrabados (offline) entre el paciente y la yo auxiliar, mientras que el enfoque sincrónico incluyó una sesión de psicodrama corporal en línea en tiempo real.
Las herramientas principales utilizadas en este proceso fueron plataformas digitales como WhatsApp, que facilitó la comunicación y el intercambio de vídeos, y Zoom, que permitió realizar la sesión sincrónica. Estas plataformas crearon un espacio virtual que amplió las posibilidades expresivas del paciente.
El cuerpo fue el elemento central de la intervención, actuando como el escenario principal y vehículo expresivo del proceso terapéutico. A través del movimiento corporal, el paciente pudo externalizar sus estados emocionales y físicos. Los vídeos, por su parte, ofrecieron una plataforma que permitió al paciente explorar su corporalidad de manera más libre y personalizada. Las yo auxiliares y el director desempeñaron roles clave, guiando el proceso y facilitando la reflexión y el análisis de los movimientos del paciente, promoviendo una comprensión más profunda de su experiencia interna.
Este marco híbrido permitió una integración única de los aspectos emocionales y físicos del paciente, favoreciendo la emergencia de contenidos inconscientes que podían ser explorados y elaborados en la intervención.
¿Cuál es la concepción psicodramática del cuerpo?
El cuerpo es el soporte primario de la construcción psíquica, el continente y transporte de la historia individual y colectiva, el lugar de duelo, elaboración y transformación de la experiencia humana. El escenario cuerpo es el verdadero escenario sobre el cual se producen las representaciones psíquicas, mientras que el escenario psicodramático es en el que se representa a través del cuerpo. Una parte significativa de la vida emocional se procesa en el cuerpo y en las relaciones que se establecen entre los cuerpos.
La imagen del cuerpo, o esquema corporal (Schilder, 1989), es la representación mental que tenemos de nuestro propio cuerpo, es decir, la manera en que percibimos su forma y presencia. Esta imagen se forma mediante el contacto con el mundo exterior, a partir de aquellas partes de nuestro cuerpo que interactúan de manera estrecha y múltiple con la realidad.
Dolto (1986) sostiene que la imagen inconsciente del cuerpo puede volverse en parte preconsciente si se la asocia al lenguaje, que utiliza metáforas y metonimias referidas a la imagen del cuerpo. Ahora bien, la imagen inconsciente del cuerpo ha de ser revelada por el diálogo analítico, y está ligada al sujeto y a su historia personal. En el psicodrama, esta imagen puede expresarse a través de «protoescenas» y de la «representación dramática».
Dolto (1984) llega a la conclusión de que la imagen que tenemos de nuestro cuerpo no es una mera representación física, sino una construcción psicológica compleja y dinámica que se desarrolla a lo largo de toda la vida. También afirma que esta imagen corporal es fundamental para el desarrollo psicológico y emocional, ya que influye en la manera en que nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Por lo tanto, la imagen del cuerpo, si bien es inconsciente, es decir, que no es directamente accesible a nuestra conciencia, ejerce una influencia significativa en nuestro comportamiento y en las relaciones que establecemos con los demás.
Esta autora sigue fase por fase la elaboración de la imagen inconsciente del cuerpo y demuestra que, en cada ocasión, el umbral es superado por una castración. Asimismo, enseña que el yo se asienta en la imagen del cuerpo, y esta, a su vez, se elabora a través de una serie de castraciones que reconoce como simbógenas (Dolto, 1984).
A continuación, presentamos tres afirmaciones de esta autora que nos parecen significativas en el marco de este trabajo:
1. La imagen del cuerpo no es la imagen dibujada o representada en el modelado, sino que ha de ser revelada por el diálogo analítico.
- El cuerpo es un mediador organizado entre el sujeto y el mundo que lo rodea.
- La imagen del cuerpo es propia de cada uno, está ligada al sujeto y a su historia.
En el psicodrama, el cuerpo nos permite acceder a la información proveniente de los diferentes elementos que componen este complejo aparato biopsicosocial, tanto en el terreno del autoconocimiento como en el de la expresión y la transformación de nuestra experiencia subjetiva y de nuestra relación con el entorno. El cuerpo proporciona información sobre el funcionamiento del inconsciente a través de síntomas, como, por ejemplo, somatizaciones o enfermedades psicosomáticas. Estas enfermedades a menudo reflejan las necesidades físicas y emocionales del cuerpo. Cuando no se encuentra una solución externa para estas necesidades, el cuerpo busca una solución interior. Asimismo, cuando no se expresa un acontecimiento, este queda impreso y el cuerpo se convierte en el escenario último de ese evento.
El cuerpo nos brinda la posibilidad de conocer, expresar, elaborar y crear tanto las acciones que ocurren en su interior como los microestados y los movimientos corporales imperceptibles, ya sea de manera consciente o a través del movimiento. En el psicodrama, la dramatización es el momento en que se presenta y se manifiesta el cuerpo (Vaimberg y Lombardo, 2015).
La sesión de psicodrama presencial
La estructura clásica de una sesión de psicodrama incluye tres contextos, cinco instrumentos y tres etapas (3-5-3).
Los contextos (social, grupal y dramático) se definen a partir de una serie de normas preestablecidas, conscientes e inconscientes, que contextualizan el campo de las relaciones intersubjetivas posibles.
Los cinco instrumentos son las herramientas con las cuales se trabaja a lo largo de la sesión: director, yo auxiliar, protagonista, auditorio y escenario.
Las etapas de la sesión de psicodrama marcan una secuencia de actos y una temporización organizadas a partir de la operación central del psicodrama: la dramatización. De manera previa a esta etapa se desarrolla el caldeamiento o preparación para la acción. Tras la dramatización, hay una etapa de reflexión, elaboración e intercambio a partir de la acción dramática (Vaimberg y Lombardo, 2015).
Estructura de la sesión de psicodrama en el psicodrama corporal online y con intercambio de videos offline.
Tomando como base la estructura clásica de una sesión de psicodrama, a continuación, mencionamos las diferencias que hemos observado con respecto a una sesión de psicodrama corporal en línea o con intercambio de videos offline.
Contextos psicodramáticos
El contexto social se mantiene igual, ya que es de donde proviene el protagonista, está ligado a su historia, a sus vínculos y al entramado social y cultural.
El contexto grupal, en este caso, incluye al director, el equipo de yo auxiliares y el protagonista.
En cuanto al contexto dramático, una de las primeras observaciones es que lo construye el protagonista, es el lugar en donde se desarrolla la acción, en este caso, una construcción coreográfica. Le damos especial valor y lo vemos en el desarrollo del caso, en el lugar elegido, en los elementos que allí se disponen, en la puesta en escena, incluso en la orientación de la cámara y el uso que se hace de ella.
Etapas de la sesión de psicodrama
- Caldeamiento. El caldeamiento ocurre en diferido. Inicialmente, se le pide al protagonista que prepare un vídeo. Luego, el equipo de yo auxiliares se caldea en «diferido» al recibir y visionar el material grabado por el paciente. La respuesta de las yo auxiliares es a través de la grabación de un vídeo que caldea las sucesivas secuencias de intercambios de vídeos.
- Dramatización. La dramatización comienza en el momento en que el paciente graba el vídeo de su acción corporal en un espacio determinado y con una puesta en escena aportada por él. Continúa con el visionado de este vídeo por parte del equipo de yo auxiliares y el director. La respuesta de las yo auxiliares es a través de la grabación de una nueva acción dramática.
- Comentarios y análisis de la escena. Luego del intercambio de vídeos y con una crónica redactada por el equipo de yo auxiliares, el director se reúne con el paciente en una sesión en la cual se reflexiona, analiza y comparte la experiencia.
Tiempos, Espacios y Roles en la Intervención – Caso Bastien
La intervención de psicodrama corporal descrita en estos artículos fue parte de un proceso psicoterapéutico individual, utilizando una combinación de dos intervenciones asincrónicas (intercambio de vídeos) y una intervención sincrónica (una sesión de psicodrama corporal en línea), junto con otras sesiones sincrónicas de compartir con el director del psicodrama entre los intercambios de vídeos. Esta estructura permitió que el paciente trabajara tanto en tiempos diferidos como en tiempo real, integrando respuestas físicas y emocionales a lo largo de las sesiones.
Tiempos de Intervención
Intervenciones Asincrónicas (offline): El paciente grabó un total de dos vídeos de aproximadamente 4 minutos de duración cada uno. En el primer vídeo, el paciente expresaba corporalmente cómo se sentía, mientras que en el segundo vídeo, el paciente reflejaba las resonancias que había experimentado como respuesta al primer vídeo del yo auxiliar.
Estos vídeos fueron enviados al equipo terapéutico a través de WhatsApp cada 15 días, con la respuesta del equipo terapéutico, a través de vídeos grabados por la Yo Auxiliar, presentada en la sesión siguiente.
El proceso de ida y vuelta de vídeos se estructuró en este ritmo quincenal: el paciente grababa un vídeo, recibía la respuesta del equipo en la sesión siguiente, y este ciclo continuó durante el tratamiento.
Intervenciones Sincrónicas (online): Las sesiones en línea con el paciente se realizaron semanalmente a través de la plataforma Zoom. Durante estas sesiones, se revisaban tanto los vídeos intercambiados como los aspectos verbales del proceso terapéutico, en sesiones de compartir con el director.
Todas las sesiones online tuvieron una duración de 1 hora.
Se realizó una única intervención sincrónica de psicodrama corporal, donde la yo auxiliar (Kha Villanueva) dramatizó junto al paciente durante una sesión en línea. Esta intervención permitió la integración corporal de los aspectos trabajados en los vídeos anteriores.
Además de las interacciones con el paciente, el equipo terapéutico se reunía de manera regular a lo largo del tratamiento. Estas reuniones eran principalmente virtuales, utilizando plataformas como WhatsApp y correo electrónico para coordinar el intercambio de vídeos y planificar las intervenciones futuras. A su vez, se realizó una reunión presencial entre las yo auxiliares para discutir el proceso terapéutico y las respuestas corporales del paciente. Dichas reuniones tenían lugar antes y después de las intervenciones asincrónicas con el paciente, lo que permitía una revisión y ajuste de las estrategias terapéuticas.
Espacios de intervención
El paciente grababa los vídeos desde su hogar, utilizando el espacio como una extensión de su proceso emocional. Elementos como la elección de vestuario, la disposición del espacio físico y la música acompañante fueron seleccionados por el paciente para facilitar la expresión de su estado emocional.
El equipo trabajaba de manera asincrónica, reuniéndose virtualmente a través de correos electrónicos y WhatsApp para coordinar la revisión de los vídeos y la creación de las respuestas. Mónica Lombardo, la directora de la Yo Auxiliar, aunque no apareció en los vídeos, fue la encargada de crear las respuestas a partir de las expresiones del paciente. La yo auxiliar Kha Villanueva fue quien ejecutó las respuestas corporales grabadas, basándose en las ideas y enfoques propuestos por Mónica Lombardo (directora de la yo auxiliar).
Roles del Equipo Terapéutico
Director (Gastón Auguste): Coordinaba todo el proceso y supervisaba tanto las sesiones sincrónicas como el intercambio de vídeos asincrónicos. En las sesiones online, guiaba al paciente en la revisión de los vídeos y facilitaba el análisis terapéutico de las respuestas corporales.
Directora de la Yo Auxiliar (Mónica Lombardo): Aunque no apareció en los vídeos, Mónica fue la encargada de generar las respuestas a partir del análisis de los vídeos del paciente. Su rol consistió en idear las respuestas corporales que fueron luego ejecutadas por Kha Villanueva (yo auxiliar).
Yo Auxiliar (Kha Villanueva): Fue la encargada de ejecutar las respuestas corporales en los vídeos. También fue la única en participar en la dramatización conjunta con el paciente durante la única sesión sincrónica de psicodrama corporal en línea.
En este caso, el director se comunica con el protagonista a través de la plataforma seleccionada, revisa el material que producen el paciente y las yo auxiliares, y elabora las hipótesis de trabajo. Además, revisa el material con el protagonista y lo analiza. Desarrolla las funciones de terapeuta y analista social, compartiendo la de director de escena con las yo auxiliares y con el protagonista.
El yo auxiliar se trabaja con dos roles complementarios: directora del movimiento de la yo auxiliar y yo auxiliar experta en trabajo corporal. Ambas visionan el material y elaboran la información recogida, así como las repercusiones que tiene en cada una. Por un lado, la directora del movimiento analiza las escenas corporales y elabora las hipótesis de movimiento (lectura corporal, espacial y empatía quinésica). Por otro lado, la yo auxiliar experta en trabajo corporal participa en la elaboración de hipótesis de trabajo y produce una acción con el cuerpo.
En una sesión de psicodrama corporal en línea individual, la relación entre el protagonista y el director se establece de manera sincrónica. A su vez, el vínculo con las yo auxiliares está mediado por las pantallas y funciona de manera asincrónica. En algunas sesiones de psicodrama corporal en línea individual, se trabaja en simultáneo con varias pantallas, es decir, el director, las yo auxiliares y el paciente se conectan al mismo tiempo.
En el psicodrama corporal en línea grupal, se trabaja alternando la sincronicidad (todo el grupo, individualmente o en parejas) gracias a la opción de Zoom de grupos pequeños. Esta diversidad permite acceder a varios niveles de comunicación y a diferentes formas de elaboración.
El escenario es el espacio físico en el que se trabaja, que en este caso está mediado por la pantalla y cuenta con las características particulares de un entorno digital (cámara, iluminación, sonido, escenografía, montaje cinematográfico).
En el psicodrama corporal en línea individual tiene especial relevancia el llamado «auditorio interno», que actúa como un interlocutor imaginario durante la producción dramática (Vaimberg y Lombardo, 2015). El equipo terapéutico, en diferido, también funciona como un interlocutor imaginario, de manera similar a los interlocutores imaginarios que acompañan al actor de cine o el escritor de un texto literario.
Estructuración del rol del director
La pregunta sobre las características de la dirección mientras transcurre la sesión de psicodrama por videollamada nos lleva a pensar que el posicionamiento con relación al rol del director lo podemos encontrar en el trabajo presencial realizado por Käes (2002). Este autor destaca la importancia del director del psicodrama como un facilitador y un guía en el proceso de exploración y transformación de la vida emocional y relacional del paciente. Asimismo, explica que el director del psicodrama debe ser capaz de crear un ambiente seguro y estimulante para el paciente, así como de ayudarlo a desarrollar la capacidad para explorar sus problemas y encontrar soluciones creativas a ellos. En relación con el cuerpo, el director debe estar de pie o sentado cerca de la escena para intervenir en caso de ser necesario, evitando interferir físicamente en ella. Es importante que el director no se sitúe en un lugar destacado, ya que esto podría distraer al paciente o hacer que desvíe la atención de su proceso interno, por lo tanto, recomienda adoptar una posición que le permita estar atento a las señales del paciente sin interferir en el proceso terapéutico.
En la técnica del psicodrama moreniano, el director dialoga y está físicamente presente al lado del protagonista, lo acompaña mientras hace surgir la escena, elige a los yo auxiliares, pide que la escena se repita, se frene, se cambien los roles, haya soliloquios, etc. (Moreno, 1946). En el psicodrama en línea (intercambio de videos asincrónicos), el director no está presente en la escena, sino que solo está la yo auxiliar. Ahora bien, estos elementos están ausentes no solo por la virtualidad, sino porque durante la dramatización el cuerpo del director se queda fuera del vídeo y no interrumpe. Sin embargo, vuelve a aparecer en el momento del compartir desde la observación y la conversación.
En este tipo de intervención, el director no está físicamente presente en la grabación de los vídeos del paciente ni aparece en pantalla durante las sesiones sincrónicas. Sin embargo, su rol sigue siendo fundamental, aunque actúe de manera indirecta o desde una presencia mentalizada. (Fonagy & Bateman, 2004).
El director coordina el proceso general, orienta las consignas, supervisa el análisis de los vídeos y facilita el intercambio de respuestas entre el paciente y la yo auxiliar. Aunque el director no interactúa directamente durante la dramatización del paciente, su presencia está implícita en el encuadre de la intervención. Se puede hablar de una presencia mentalizada del director, ya que su influencia se siente en la forma en que el paciente responde a las consignas iniciales y en la posterior intervención de la yo auxiliar (Fonagy & Bateman, 2004).
Incluso sin estar físicamente en el momento de la grabación, el director sigue ejerciendo un rol directivo, orientando el proceso y estableciendo un marco para el análisis de las respuestas emocionales y corporales que emergen a lo largo del tratamiento.
En cuanto al modelo de estructuración de la sesión, que va desde el caldeamiento hasta el compartir, en relación al cuerpo, a la imagen y a la palabra, el esquema sería: PALABRA – JUEGO
– PALABRA. Sin embargo, no siempre es necesario volver a la palabra, pues hay cuestiones que se elaboran o se tramitan en el juego a través del cuerpo y la imagen. Tal como plantean Pavlovsky (2002) y Bustos (2008), las modalidades de elaboración psicodramática son diversas y pueden incluir la dramatización de escenas, la expresión de sentimientos reprimidos y la exploración de relaciones interpersonales a través de imágenes, escenificaciones, sensaciones corporales y movimientos.
Por otra parte, Moreno (1946) subraya que el momento de compartir no solo es con palabras, ya que aquí también hay gestos, miradas y silencios que transmiten y facilitan la elaboración psicoterapéutica tanto como las palabras.
Estructuración del rol de la yo auxiliar
La yo auxiliar desempeñó un papel fundamental en el proceso de psicodrama corporal, actuando como una extensión del paciente y facilitando la dramatización de aspectos inconscientes a través del movimiento corporal. Este rol fue especialmente relevante en la fase asincrónica del intercambio de vídeos y también en la única intervención sincrónica.
Intervenciones asincrónicas
La yo auxiliar fue responsable de observar y analizar los vídeos enviados por el paciente. Basándose en una interpretación de los movimientos, emociones y resonancias corporales expresadas por el paciente, la yo auxiliar preparó una respuesta corporal grabada en vídeo.
Este proceso de respuesta requería varios ensayos y análisis previos, durante los cuales la yo auxiliar exploraba diferentes formas de devolverle al paciente lo expresado. El objetivo era reflejar los aspectos no verbales del paciente, pero sin limitarse a una simple imitación. El análisis se centraba en explorar nuevas vías de expresión corporal y resonancias que el paciente pudiera identificar o que le ofrecieran nuevas perspectivas sobre su propia corporalidad.
Además, el uso del cuerpo como herramienta principal permitió que la yo auxiliar trabajara con técnicas como el doble corporal (representar un aspecto del paciente que aún no puede expresar conscientemente) y el espejo (devolver los movimientos al paciente para que los observe desde otra perspectiva).
Intervenciones sincrónicas
Durante la única sesión sincrónica realizada a través de Zoom, la yo auxiliar dramatizó junto al paciente. En esta sesión, el cuerpo de la yo auxiliar no solo reflejaba al paciente, sino que también funcionaba como un mediador entre las emociones del paciente y el proceso de mentalización, facilitando la expresión de contenidos preconscientes e inconscientes.
En esta dramatización en tiempo real, la yo auxiliar tuvo que adaptar su rol de manera inmediata y espontánea, manteniendo una conexión tanto con el paciente como con el director, quienes observaban el proceso. A través del uso de la cámara y el encuadre, la yo auxiliar logró crear un espacio virtual donde el movimiento corporal mantenía la misma profundidad terapéutica que en un espacio físico.
El rol de la yo auxiliar no se limitaba a la mera actuación corporal, sino que también implicaba un análisis profundo de los significados detrás del movimiento. Este análisis se realizaba en conjunto con la directora del movimiento, Mónica Lombardo, quien ayudaba a conceptualizar la respuesta que sería devuelta al paciente.
El proceso de análisis involucraba reflexión sobre las emociones y patrones corporales observados en los vídeos del paciente, así como la planificación de una intervención corporal que pudiera desencadenar nuevos significados en el paciente. Se consideraba tanto el contenido explícito de los movimientos del paciente como los elementos más sutiles, como tensiones físicas, ritmos de movimiento y uso del espacio.
En resumen, la yo auxiliar no solo replicaba lo que el paciente mostraba en los vídeos, sino que transformaba y devolvía esos movimientos con un significado adicional, ayudando al paciente a visualizar aspectos internos que no habían sido completamente conscientes. Este trabajo con el cuerpo fue fundamental para promover el proceso de integración de emociones, pensamientos y acciones dentro del marco terapéutico del psicodrama corporal.
Metodología del Análisis del Psicodrama Corporal
Hipótesis de Trabajo
Dado el marco teórico y las herramientas utilizadas en esta intervención, se establecieron las siguientes hipótesis con el objetivo de guiar el trabajo terapéutico y abordar las problemáticas presentadas por el paciente:
El mundo interno del paciente: Se espera que el uso del cuerpo como herramienta expresiva permita al paciente acceder a contenidos emocionales y preconscientes.
Descubrimiento de nuevos aspectos del self: A través del movimiento, se anticipa que el paciente pueda descubrir y tomar posesión de aspectos de su identidad aún no integrados.
Interacción con el mundo exterior: Se hipotetiza que la integración de la corporalidad en la terapia también puede modificar la relación del paciente con su entorno, facilitando nuevas formas de interacción y adaptación.
Se plantea que la inclusión del cuerpo entero en la dramatización durante la intervención psicodramática sincrónica (online) y asincrónica (offline) puede generar cambios significativos en
estas tres áreas clave. Estas hipótesis guían el desarrollo de la intervención y permiten establecer una base para el análisis de los resultados.
Variables de análisis
Durante el proceso de intervención, se realizó un análisis detallado de los vídeos grabados tanto por el paciente como por la yo auxiliar. Este análisis se realizó repetidamente, observando los siguientes aspectos clave:
Movimiento corporal. Se analizó cómo el paciente expresaba sus emociones a través del movimiento, observando aspectos como la fluidez, rigidez o tensión en sus gestos. También el movimientos espontáneo (Moreno, 1946) versus la coreografía de formación profesional.
Uso del espacio. El uso del espacio físico fue un indicador importante de la disposición emocional del paciente. Se observaron patrones de ocupación o confinamiento en relación con su estado interno. Los indicadores de esta variable fueron los muebles, las paredes, puertas y cualquier objeto que apareciera en la grabación.
Resonancias emocionales del paciente. Las respuestas emocionales del paciente al verse en los vídeos fueron un foco principal del análisis. Esta revisión permitió acceder a emociones que no siempre podían ser verbalizadas en el momento.
Las resonancias emocionales experimentadas por el equipo psicodramático también fueron fundamentales, ya que permitieron identificar proyecciones o aspectos no verbalizados por el paciente que luego se trabajaron en la sesión.
Relación con la yo auxiliar. Se analizó cómo las respuestas corporales y emocionales en relación con la transferencia con la yo auxiliar que impactaron en el proceso de elaboración del paciente, observando su interacción simbólica.
Esta metodología de análisis permitió obtener una comprensión más profunda del mundo emocional del paciente y su progresión a lo largo del tratamiento.
Referencias/Bibliografía
- Bustos, D. (2008). Ensayos sobre Psicodrama y Psicoanálisis. Buenos Aires: Lugar Editorial.
- Derrida, J.; Lacoue-Labarthe, P.; Hillis Miller, J.; de Man, P.; Hartman, G.; Gasché, R.; Ferraris, M. (1990). Teoría literaria y deconstrucción (Lecturas). Madrid: Arco Libros - La Muralla, S.L.
- Dolto, F. (1984). La imagen inconsciente del cuerpo. Siglo XXI Editores.
- Dolto, F. (1986). El cuerpo y el espíritu. Gedisa.
- Fonagy, P., & Bateman, A. W. (2004). Psychotherapy for borderline personality disorder: Mentalization-based treatment. Oxford University Press.
- Käes, R. (2002). El psicodrama psicoanalítico de grupo. Buenos Aires: Amorrortu.
- Kaplan, D. (2022). Aproximaciones al psicodrama. Buenos Aires: Lugar Editorial.
- Moreno, J. L. (1946). Psicodrama: Teoría y técnica. Buenos Aires: Editorial Paidós.
- Pavlovsky, J. L. (2002). Psicodrama y teoría del sujeto. Buenos Aires: Lugar Editorial.
- Rojas Bermúdez, J. (1997). ¿Qué es el psicodrama? Buenos Aires: Editorial Celsius.
- Schilder, P. (1989). The image and appearance of the human body. London: Routledge.
- Vaimberg, R., & Lombardo, M. (2015). Técnicas psicodramáticas avanzadas. Editorial Paidós.