Homenaje a Mónica Zuretti
La muerte de Mónica Zuretti el 10 de agosto y su comunicación a otras personas, me produjo una gran movilización interna acerca de lo que había pasado conmigo respecto al psicodrama y a Mónica, tema de gran relevancia en mi vida y trayectoria profesional durante más de 30 años.
Algunos me daban el pésame y otros no sabían que era el psicodrama. Recordé que sí había razones para darme el pésame, yo estaba muy cerca de ella (se me dan mal los duelos). Por otro lado, debía ser capaz de responder a mi entorno de trabajo en salud mental, qué era eso del psicodrama y lo profundamente arraigada que estaba en mí, esa forma de mirar las cosas en la psicoterapia.
Conocí a Mónica Zuretti Zubiría en 1993 … y a través de ella, a Moreno. Mi experiencia del psicodrama no está separada de mi propio interés por la psicología y la psicoterapia, interés que responde a un sentimiento o curiosidad extraordinaria por la trascendencia y por la psicología profunda en el sentido de ciencia del Alma.
En 1993 el paradigma holístico en todas las ciencias y en particular en Psicología recogió toda mi atención. Las terapias existencialistas y humanistas, como el tercer pilar de la Psicología frente al Conductismo y al Psicoanálisis, presentaban un modelo alternativo al modelo psiquiátrico, respecto a la forma de entender nuestra existencia como personas, nuestra salud y enfermedad y por tanto otra forma de acercarnos al diagnóstico y a la psicoterapia.
Moreno y su método respondieron de forma muy satisfactoria a todas estas cuestiones a través de Mónica Zuretti, no sin abrir otras en una vuelta más de profundidad, comprensión y búsquedas.
Compartir con palabras este momento ha sido más difícil de lo que imaginé. Vinieron en estos días muchos recuerdos de los últimos 30 años en los que tuve el honor de estar cerca de Mónica. Cerca para aprender de ella cuanto pude. Cerca en su afán de llevar el psicodrama a todas partes. Cerca para comprar una muñeca para su nieta en sus viajes a Europa. Cerca cada vez que llegaba a Barajas o la llevaba con su pequeña valijita a tomar un avión, que la llevaba de vuelta a casa, a un congreso o a formar psicodramatistas en cualquier parte.
Es cierto que el rigor con el que Mónica aplicaba la metodología y la técnica de Moreno al psicodrama, en la más absoluta coherencia epistemológica y práctica, era exquisito en el desarrollo de los talleres cualquiera que fuera la modalidad en la que estuviéramos trabajando. Sin embargo, esto corresponde al análisis posterior que podíamos realizar como profesionales cuando procesábamos la sesión. Pero lo siempre sorprendente en este trabajo con ella, era el alcance de su mirada, la capacidad de ver al otro, de ver y acompañar adentro, mucho más allá de lo que si quiera, conseguíamos a veces imaginar.
Tuve la suerte de que apareciera en mi vida y en mi trayectoria profesional, en un período de formación y desarrollo personal y profesional, sin que yo supiera que iba a encontrar la respuesta a preguntas muy profundas y de larga trayectoria en mi existencia. Respuestas que, a través del Encuentro Humano, cara a cara, ojo a ojo, bajo su dirección en las muchísimas escenas de psicodrama que tuve la ocasión de compartir, trajeron para mí salud y crecimiento y una forma radicalmente diferente de Ver, a quien a partir de entonces se acercó a mí a pedir mi ayuda terapéutica.
Ni por asomo me alcanzan las palabras para comunicar el sentimiento de acompañamiento en el mundo interno, de integración, de respeto y de libertad que caracterizaba su dirección psicodramática en escena, como protagonista, parte de la audiencia, yo auxiliar o directora.
Lo que tenía que tomar de ella, lo incorporé a mi estructura. La llevo puesta y surge en la activación del rol de psicodramatista cada vez que propongo o acepto la propuesta de trabajo terapéutico de un paciente o de un grupo.
Me han pedido unas palabras desde el corazón en este momento, y tomando su rol tengo un mensaje para todos nosotros, el mismo que escuché todo el tiempo que la conocí: “Hagan psicodrama, hagan un millón de grupos de psicodrama, transmitan lo que les enseñé”
Buen viaje Moni, te echaré de menos, gracias por todos los caminos recorridos, volveremos a vernos.
Ana María Meras
Querida Mónica
No tengo más que agradecimiento por todo lo que me enseñaste. Siempre he admirado, tu forma de tratar al otro de igual a igual, sin prejuicios, como si estuvieras aprendiendo, pero a la vez enseñando en cada encuentro; siempre pensé cómo con tu vasta experiencia, podías mantener tanta humildad. Contigo las escenas eran una verdadera obra de arte, decías que una escena es como una escultura que va tomando su propia forma, eras la esencia del psicodrama, tu capacidad para ver el conflicto sin perder lo humano, era admirable, no solo es aplicar la técnica, también una mirada que acompañaba y acobijaba, siempre me sorprendías.
Las escenas partían desde algo indefinido, difuso y poco a poco tomaban forma, se iban delimitando, acompañando al protagonista en todo momento de su creación y con mucho respeto, preparándolo, para que pueda llegar a una comprensión y reparación de sus propios roles.
Todo empezó con una palabra desconocida para mí, “psicodrama” en ese tiempo Psicodrama clínico, era un programa de extensión, que se dictaba en el área de posgrado, en la Universidad de Buenos Aires, fui a la primera clase de presentación del programa, quedé maravillado de la forma que enseñabas, salí de esa aula con muchísimas ganas de aprender y saber más. Así empezó una relación de catorce años, empezaste siendo mi profesora. Más tarde fuiste mi supervisora de casos, con vos aprendí a ejercer la profesión de psicólogo, me fui identificando con tu forma de hacer. Tuve el privilegio de pertenecer a tu equipo de profesores transmitiendo a otros los conocimientos y formas de hacer que me habías enseñado. También estuviste presente cuando yo mismo tuve que lidiar con conflictos personales y también me ayudase a comprender momentos difíciles que me tocaron vivir.
Me siento afortunado de haberte conocido, fue un honor ser tu alumno, tu paciente y tu compañero, fuiste de esas personas que nos encontramos en el camino que nos cambian positivamente para siempre. Atesoro los conocimientos y saber hacer que aprendí con vos profesora y siguiendo tus pasos intentaré transmitir la pasión por el psicodrama a aquellas personas que decidan seguir este hermoso camino.
Lamento profundamente que hayas tenido que partir, pero por todo lo aprendido, sé que estas en un lugar mucho más grande, más luminoso, más conmensurable, ya formas parte de la matriz cósmica.
Gracias Profesora.
Roberto Pérez
El legado de Mónica Zuretti.
Creo que todos podemos recordar una experiencia psicodramática dirigida por Mónica, en la presencialidad o en la virtualidad.
Los que fuimos formados por ella como Trainers en Psicodrama nos reconocemos en las direcciones psicodramáticas, en sus gestos, en el acompañamiento al protagonista y en su calidez.
Fue una gran maestra que sembró semillas de psicodramatistas por todo el mundo, dejando grupos trabajando en el encuentro de la esencia de la humanidad.
“¿Y ahora como seguimos?”, me preguntaban unos colegas que viajaron desde muy lejos a Bs.As., perturbados por su partida. Ellos no llegaron a conocerla en persona, se formaron con ella en la virtualidad desde la pandemia. Vinieron a buscar relatos de todos los que trabajamos junto a ella, preguntándose quién fue esta gran maestra, cómo era su vida, cómo hacía psicodrama.
Me encontré con ellos en un bar. Después de contarles una breve síntesis de mi experiencia trabajando a su lado los últimos 29 años, los seguía sintiendo conmocionados. Llamó mi atención la silla que había quedado vacía en nuestra mesa; entonces les dije: “¿Por qué no le preguntan directamente a ella?, está sentada en esa silla”. Hicieron cambio de rol con Mónica sentándose en la silla vacía y obtuvieron la respuesta que devolvió la paz a sus corazones.
No pudieron despedirse de Mónica, volvieron a su país con la sensación de haberla encontrado.
Esto me enseño Mónica: el psicodrama es cambio de rol, y se puede hacer un psicodrama hasta en la cabeza de un alfiler.
Paula Elena Martinoia
Experiencias con Mónica Zuretti 2021.
Hace días, muchos días, nuestra presidenta actual, Ana Fernández, me pidió que escribiera algo a raíz de la muerte de Mónica Zuretti. Y… hace días, muchos días que trato de escribir sobre Mónica Zuretti sin que pudiera sentarme a hacerlo. He comentado con personas cercanas acerca de este encargo y mi dificultad para hacerlo a pesar de la licencia que Ana me dio para escribir lo que quisiera. Poco sabía yo que tanta libertad iba a resultarme en un aprieto tal.
Muchos habrán escrito sobre las capacidades profesionales de Mónica, y muchos de sus discípulos, reales y fantaseados, habrán hablado de Mónica desde el punto de vista profesional. A mí me cuesta hacerlo porque Mónica fue mi amiga y nuestra relación fue más fraterna que colegial. Nos conocimos en Copenhagen en 1980 en el congreso de la IAGP donde conocí y establecí relaciones que solo la muerte, en algunos casos, puso fin.
Me faltan datos cronológicos porque el sentimiento entorpece la memoria. Sé que nos reencontramos en México en 1984, cuando ya pasaba en Argentina lo que tanto sufrimiento supuso a tantos de nuestros colegas.
Desde entonces la relación de Mónica y mía trascendió lo profesional para ser muy personal e íntima. Nos veíamos en los sitios más dispares, en países y ciudades que nos eran culturalmente ajenos sin que ello empañara nuestra relación.
En aquel tiempo Mónica era una mujer muy atractiva físicamente y mucho más emocionalmente. Una de las imágenes inolvidables fue verla bailar un tango en una de mis visitas a Buenos Aires.
No olvido la elegancia unida a la sensualidad con la que le vi bailar.
Así era ella. ¡Con cuánta pasión hacía las cosas! Así de pasional era su generosidad y así hubo quien abusó de esta característica suya y, probablemente, también de cuánto de esa pasión no la dejaba ver las intenciones aviesas de algunos que se acercaban a ella, no sólo por lo que daba sino también por lo poco que costaba. Así era Mónica y yo no fui ajeno a su generosidad y desprendimiento.
Mónica fue quien me propuso como miembro de la directiva de la IAGP. Fue ella quien, ya siendo miembro de esa directiva me propuso, sin contar conmigo, debo añadir. Sin que ninguno de los dos pudiera anticiparlo, fue el inicio de una larga relación con la IAGP a la que llegué a presidir en su momento.
Nuestra relación se extendió a nuestras respectivas familias. Mis hijos, que la conocieron desde muy pequeños, también están en duelo. Yo conocí a sus hijos y a su madre y tuve la oportunidad de trabajar en su consulta de Buenos Aires y de ser su huésped en su casa.
No es a mí a quien corresponde hablar de los méritos profesionales de Mónica. Hay muchos que pueden hablar de ello con mayor perspectiva de la que pueda hacerlo yo.
A mí me tocó conocer a la persona que fue Mónica. Como todos, Mónica tuvo características que para unos fueron virtudes y esas mismas fueron motivo de incomodidad para otros. Y fue así porque Mónica raramente se callaba nada de lo que tenía opinión. Esa característica suya la hizo blanco de actitudes antagónicas de quienes no podían llegar al nivel de popularidad, simpatía y creatividad que ella tenía.
Todas estas características personales adornaban su labor profesional. Soñadora y creativa a niveles insospechados y, a veces, sorprendentes.
Mónica presumía de sus amigos con la misma humildad de aquel que no se reconoce en sus propias capacidades. También sabía compartir y socorrer sin que hubiera necesidad de solicitar su atención.
Concluyo: yo he perdido a una amiga/hermana que fue muy conocida, querida y respetada profesionalmente. Para mí fue un honor y un privilegio tenerla tan cerca y conocer al ser humano que había detrás de la profesión y que, también en esta, transparentaba.
Roberto Inocencio
Los relatos y más in memorian son aproximaciones a la realidad, retazos de recuerdos, acaso emociones transformadas a lo largo de 40 años y reescritas en nuestro itinerario de vida, como un modo de hacernos más amable el devenir cotidiano hasta la muerte. No sé si voy a escribir de ella o de mí.
Monica estudio medicina en la Universidad de Buenos Aires, conoció a Moreno y a Zerka en Argentina, haciendo de traductora en una conferencia de ellos y posteriormente le invitaron a ir a Beacon con una beca; lo cual le sorprendió e ilusiono. No lo pensó mucho, dejó a los hijos y al marido del que estaba separándose y se marchó por varios meses a vivir y estudiar psicodrama. La experiencia la cambio y lo relata en un texto: “Mis días en Beacon, el descubrimiento de otras dimensiones”.
A Monica, la experiencia en Beacon con Jacob y Zerka en el Moreno Institute en Beacon New York, en el valle del Hudson la transformaron profundamente al “entender que la vida y el psicodrama se complementaban, no era posible actuar profesionalmente de un modo y vivir de modo diferente”. Regreso a Buenos Aires con El título de directora de Psicodrama en 1969, y fue la primera latinoamericana en graduarse con Moreno.
Ella decía que con el tiempo comprendió de energías y secretos, que en aquel teatro como tantos otros lugares sagrados, llevaba grabado en sus paredes, en cada una de sus maderas las escenas que habían pasado por él.
Solía comentar el ritual al comenzar las sesiones: “Con la ternura que muchas veces expresa Zerka en el trato con su gente solía colocar un bolso lleno de golosinas allí en el medio del teatro que se transformaba”. Nadie comía mientras trabajaban
En la última videoconferencia con Monica, le pedí información para hablar de Zerka en el congreso de la AEP de Haro, sobre cómo era la relación de pareja entre Moreno y Zerka. Estuvo evasiva. Me dijo Zerka era muy buena, y se emocionó al recordar que se sentaban las dos al finalizar las sesiones de psicodramas en la tarima del teatro en silencio a compartir un bocadillo de azúcar. Eran su momento de intimidad.
Monica fue importante en mi desarrollo profesional de mis primeros años, una maestra de referencia. La conocí en Bilbao como docente en la formación del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco sobre Psicoterapia de grupo en Instituciones Públicas en los inicios de los años 80 del siglo pasado.
Entonces yo, y también ella éramos jóvenes. Venia cada 3 o 4 meses a trabajar una semana, y nos formaba en psicodrama moreniano, con teoría y trabajo vivencial de terapia y entrenamiento, en un formato residencial en el hospital psiquiátrico de Zamudio .Posteriormente alargaba sus viajes por Europa realizando formación en Italia, y Suecia.
Nosotros éramos un grupo de profesionales sanitarios de la salud pública heterogéneo, médicos, psicologos, psiquiatras y enfermeras. Teníamos de referencia el modelo clásico hospitalario o psicoanalítico, y bastantes dificultades para poner el cuerpo en escena delante del grupo. Ella tomo con calma nuestras resistencias A mí me conquisto esa paciencia de no esperar hacer, sino estar con lo que había, y el modo de proponer, acompañar y distender. Me daba confianza. Como ella decía psicodrama se aprende haciendo psicodrama.
Yo tenía importantes responsabilidades como director de un centro, con poca experiencia profesional, mucho atrevimiento, tenacidad y gran inconsciencia, que años después me he dado cuenta que tapaban el miedo a la tremenda aventura que fue la primera comunidad terapéutica en el país Vasco en plena ebullición de los años 80 del consumo de heroína.
Su dinamismo y entusiasmo me contagio, y la convencí para que posterior a la docencia trabajara con el grupo de pacientes y profesionales en la Comunidad Terapéutica Haize-Gain. Eran años donde se estaba realizando una transformación del modelo asistencial tradicional de beneficencia a otro más profesional. Nos ayudó mucho con su experiencia en grupos, para darle una vuelta a una estructura rígida por otra más flexible y humana.
Cuando le solicitaba una interpretación de que veía en el grupo o al equipo, me solía contestar con otra pregunta:
Pero vos como os sentís. Hacer caso de vuestra contratransferencia, del tele “la percepción correcta del otro que incluye la percepción que el otro tiene de mi “.
Tened confianza en vos. Escucha de dentro, no el ruido de fuera, ni de tu cabeza.
Déjate de teorías y libros.
Mirate pa dentro Gabi, que sentís, o mejor, déjate de tonterías y control, que intuís, a donde va tu locura, tu disociación, vete, vete un rato a dar una vuelta por el monte (trabajábamos en un lugar idílico en la montaña) y volvé.
Tenía alma de chamana con experiencia, hechicera y bruja sanadora. Acompañaba bien el sufrimiento ajeno, con ese saber viejo de un conocimiento con causa, por los dolores propios vividos. Era una persona que sentías que te veía. Paciente y profunda en la escucha y con respuestas sencillas
Con sus claroscuros en el alma, divertida, jovial, profunda, distendida, alegre.
Otras veces, evasiva, huidiza del negro y de la depresión. Podía elevar la voz, enfadarse, su “basta ya; y al rato poner esa sonrisa de niña buena que te desarmaba.
Cuando trabajaba hacia magia. Comenzaba sencillo. A lo largo de su carrera profesional el encuadre fue haciéndose menos esricto, y más espontaneo .Te decías que va hacer. Podía tomar unas madejas de colores y empezaba a jugar con los participantes e ir trenzando vínculos hacia el inconsciente muy despacio. No hay camino cierto, solo sombras, susurros, intuiciones y dejarse ir. Perderse de una escena a otra, encadenando historias hasta “el momentum”.
Hay un momento de nacimiento decía: El Momentum, un espacio tiempo continente escondido en los secretos de cualquier historia traumática o dolorosa y saber que la posibilidad de sanar se encuentra en aquellos instantes de contacto por más pequeños que sean. Era una clave en la profundidad del psicodrama de Monica.
A veces pensaba cuando acompañaba a Monica en psicodrama, se le ha ido la olla. Y de pronto, retomaba una escena pasada, hilaba un camino y Uauhhh, te sorprendía, trabajando hasta llegar el útero y la matriz genética, como ella lo llamaba. Ese momento antes del nacimiento. Iluminando lo inter subjetivo,
movía potentes emociones. Como se lloraba en sus sesiones.
Otro momento especial para muchos de nosotros, que fuimos de España a Argentina, es el Congreso de Buenos Aires de Psicoterapia de grupo IAGP 1995. Entonces ella era Vicepresidenta de la IAGP, y lo organizaba, animando a la presidencia de su “hermano” Roberto de Inocencio posteriormente. Un día, después del Congreso, hubo una fiesta en su casa que parecía la película del guateque, con su familia, alumnos, amigos y colegas de todo el mundo. Éramos una multitud, bebiendo, cantando y comiendo. Conocer a Monica en su salsa rodeada de cariño y esplendor era memorable.
Su abuelo fue un referente para ella, médico, iniciador de la homeopatía en argentina, y luego Moreno fue su otro padre, del que sentía que la iluminaba, y acompañaba iniciando caminos nuevos para crear a través de la acción de los pequeños grupos, una cosmología grupal universal, afín a la cosmovisión moreniana. Ubicaba al psicodrama en la posición de cualquier movimiento revolucionario que confía en el grupo pequeño para lograr un cambio.
Los bandos y las peleas entre los psicodramatistas que habían acontecido entre 1969 entre Buenos Aires, Brasil posteriormente Japón hasta Cattolica en 1987; le habían afectado y entristecido mucho, sentía una responsabilidad por ello, e instaba a los jóvenes colegas a no cometer los mismos errores, y tratarse con respeto entre las diferentes orientaciones y escuelas. Años difíciles antes y posteriores a la muerte de Moreno en 1974.
En sus últimos años tejía vínculos interculturales para conectarse y perseguía la paz a través de un encuentro profundo entre las personas .Programando círculos on –line psicodramaticos a través del mundo con colegas y personas interesadas
La docencia en la UBA de Buenos Aires en los cursos de posgrado en psicodrama, y las experiencias de SocioPsicodrama con las ballenas, son algunas de sus actividades que le acompañaron hasta el final de sus días.
Quisiera recordarle el regalo que le hizo tu padre en el momento de su partida. “Solo cuando uno está en paz con todos los vínculos de su vida se pueden realizar cambios cualitativos, como la muerte, con alegría.
Querida Monica Gracias.
Deseo despedirme de ti. Aunque lo mismo vos me echas la bronca y dices como tu hijo Fernan “déjate de pendejadas y no seas tan solemne, no es necesario”.
Ah, y recordaré lo que nos decías “La profundidad del encuentro pasa por el corazón “
Notas.
En el texto hay palabras de ella entrecomilladas de los siguientes textos de Monica
-Mis días en Beacon, el descubrimiento de otras dimensiones (facsímil)
– El hombre en los grupos. Sociopsicodrama. Editorial Lumen.1995
-El Psicodrama. Aporte a una teoría de los roles .Sauri.Menagazzo.Zuretti.Noseda de Bustos. Severino. Proyecto cinae.1982
Gabriel Roldán
En una de las últimas conversaciones con Mónica Zuretti – el 6 de agosto de 2012- evocó las actividades académicas en la universidades hizo una reseña de los encuentros nacionales e internacionales que habíamos organizado, desde la Programa de Actualización de Posgrado en Psicodrama, en la Universidad de Buenos Aires.
Finalizando la conversación, pidió que no olvidemos esos encuentros y la importancia de cada uno de los participantes de distintos países que vinieron a Argentina a compartir sus conocimientos.
Prometí a Mónica recordar y agradecer la concurrencia de profesionales de distintos países que enriquecieron la actividad académica compartiendo sus experiencias y conocimientos.
Todo fue posible por su iniciativa para tender lazos para generar encuentros.
El propósito de esta evocación es decir GRACIAS a cada uno de los que se sumaron a las convocatorias y compartieron sus valiosas experiencias.
El primer encuentro internacional organizado por Mónica Zuretti, fue el TERCER CONGRESO INTERNACIONAL DE SOCIODRAMA –PRIMER ENCUENTRO DE SOCIO PSICODRAMA,
“LA LUZ ENCUENTRA EL CAMINO” en Puerto Madryn, Provincia de Chubut, Patagonia, Argentina.
Desde el 2 hasta el 6 Septiembre 2010.
En el discurso de bienvenida, Mónica Zuretti, agradeció la presencia de:
TURQUIA: Inci Doganer – Nevzat Muhtar
NORUEGA: Börge Cristoffersen
SUECIA: Mónica Westberg
DINAMARCA: Nike Brandt Poulsen
PORTUGAL: María Margarida Barrios
USA: Jeanne Burger
ITALIA: Luisa Gianni.
BULGARIA: Galabina Tarashoeva
ESPAÑA: Ana Meras – Luis de Nicolas
ARGENTINA: Mirta Novas , Liliana Allocati, Enrique Stola, Débora Penna-
GRAN BRETAÑA: Marcia Karp
CANADÁ: René Marineau
MEXICO: Jorge Ruben Garza
El segundo encuentro internacional fue la V JORNADA DE PSICODRAMA EN LA UBA: “PSICODRAMA DE NORTE a SUR: ARGENTINA-ESCANDINAVIA” se realizó desde el mièrcoles 6 de agosto de 2014 en la sede de la Facultad de Psicología – Independencia 3051-2do piso-Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ese encuentro contó con la participación de:
NORUEGA: Börge Cristoffersen — Eva Steinkjer – Sølvi Laugsand – Lise Gladhus Anne Grete Mollan- Lillian Tiller,-Aud Steinsbek, Mette Brustad og Gunn Stieng
SUECIA: Mónica Westberg
DINAMARCA: Nike Brandt Poulsen
ITALIA: Maurizio Gasseau
ARGENTINA: . Enrique Stola – Débora Penna- Gabriela Bulaievsky
GRAN BRETAÑA: Marcia Karp
CANADÁ: René Marineau
MEXICO: Jorge Ruben Garza
BRASIL: Sergio Guimaraes
VENEZUELA: Lic. Oswaldo Vernet Marquez
He cumplido mi promesa y espero que sea un estímulo para continuar.
Cristina Elisa Moreira