La hoja de psicodrama nº 68

EL USO DE LA METÁFORA EN EL
TEATRO PLAYBACK.
Fernández Espinosa, A.
Fecha de recepción: 14/04/2019.
Fecha de aprobación: 28/04/2019.
LA HOJA DE PSICODRAMA Nº 68 (35-42)

Resumen

Realizo una reflexión sobre la metáfora, como la construcción de una forma de acceder a la experiencia interna, a través de imágenes o escenas, en teatro playback (o en Psicodrama). Esta experiencia se percibe con la vivencia de “verdad” sentida, estimulada a partir de imágenes, escenas o relatos, que podrán activar asociaciones imprevistas de nuestro mundo interno. El aumento de la expectación activará la búsqueda de sentido por la mente del observador, lo que será muy útil en el propósito de que pueda resultar significativa esta experiencia de ser narrador y de ser parte del público en teatro playback

Abstract

I make a reflection on the metaphor, as the construction of a way to access the internal experience, through images or scenes, in playback theater (or in Psychodrama, or other therapeutic models). This internal experience is perceived with the experience of felt “truth”, stimulated from images, scenes or stories, which may trigger unexpected associations of our inner world. The increase in expectation will activate the search for meaning by the mind of the observer, which will be very useful in order that this experience of being a narrator and of being part of the audience in theater may be significant.

El uso de la metáfora en el teatro playback

“… ¿Para qué sirve la
utopía (como metáfora
de la esperanza)?
Sirve para eso: … para
caminar”

Eduardo Galeano
“Ese impulso hacia la construcción de metáforas, impulso fundamental del ser
humano, del que no se puede prescindir ni un solo instante;…; porque el mundo
real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación” (Nietzsche, F.)

Dedicatoria:
A Assael Romanelli, por elaborar un texto que me resultó muy útil.
A Olga Sanachina, por enseñarnos una manera de sentir y resonar las historias en el cuerpo,
con teatro físico, que recomiendo en este artículo.

Guion de contenidos
1-DEFINICIÓN E IMPORTANCIA DE LAS METÁFORAS (en teatro, y en psicoterapia)
2-LA MAGIA DE LAS METÁFORAS Y LA NEUROCIENCIA
3-METODOLOGÍA DE APLICACIÓN EN TEATRO PLAYBACK

1-DEFINICIÓN E IMPORTANCIA DE LAS METÁFORAS (en teatro, y en psicoterapia)

Este artículo surgió dentro del “Encuentro ibérico de teatro playback, 2018”, que se celebró en Morille (Salamanca). Fue una propuesta de taller, para el que elaboré el presente texto, que se apoyaba en la creencia previa,(a partir de la experiencia, de mucho tiempo ya, en Teatro Playback), de que la vivencia y la significación puede aumentar para los narradores, cuando se teatraliza o representa algo usando la metáfora (por la conexión de las imágenes, sonidos y emociones con lo simbólico, con el lenguaje onírico, que nos acercan a los contenidos inconscientes del narrador y de los observadores o público).
Con el empleo de la metáfora en el escenario, creo que se incrementa la posibilidad de experimentar como público una profundidad mayor (en forma de ecos o resonancias personales evocadas), y el sentirse conectado en este momento, con algo ya vivido, en una escena en la que pueden percibirse y sentirse muy dentro matices imprevistos, encontrados de forma sorpresiva y agrandados por el tratamiento metafórico de la historia o escena narrada. Y ello, desde la distancia protectora que el T.P proporciona.

Para empezar a situarnos en el tema propuesto, es conveniente recordar la palabra griega metaphora compuesta por meta (más allá o fuera) y phora que procede de pherein (trasladar o transportar). Se trata, entonces el significado, de transportar más allá, o sea, transponer el sentido de una cosa por otra. Por ejemplo, decir de una pareja que “tu compañía para mi es la brisa cálida que me acuna”, apunta a una relación confortable, suave y pacífica; a diferencia de “tu compañía para mí es un vendaval destructor y aniquilante”, cuyo significado parece claro, y moviliza distintas sensaciones.

Buscando referencias bibliográficas sobre este tema, encontré algunos autores, que basándose en las ideas batesonianas (G. Bateson, padre de la terapia familiar sistémica) en el encuadre del método interpretativo, plantean que el significado atribuido a los acontecimientos se encuentra determinado por un contexto receptor, que provee de premisas y supuestos que configuran los “mapas” del mundo. Será la semejanza entre “mapa” y “texto” lo que determina la expresividad de la metáfora. Esta idea de poner el foco de atención en el contexto receptor (y no sólo en el emisor, o en el medio o canal de transmisión), cuando se trata de identificar los elementos que intervienen en la interpretación y la comprensión del hecho de la comunicación (tanto a través del lenguaje, como del teatro), es una clave que al avanzar el texto que elaboro, volveré a destacar (en el apartado 2 de este artículo, en cuanto al concepto del “cerebro como órgano generador de sentido”).

Las metáforas, serían desplazamientos creativos, producidas de forma estética, y que requieren de un esfuerzo atencional entre la dialéctica “interna” y la “externa”, en la relación con el hecho o la historia a recrear, y junto a una “sensibilidad poética”, poder así abrir espacios y encontrar caminos para aquellos otros recovecos sin explorar o que no se han mostrado explícitamente. Así, de esta forma, lo “ausente pero implícito”, es decir, aquello experimentado e interpretado, pero dejado a un lado en la propia narración, eventualmente puede sobresalir como sorpresa y diferencia (Carey, Walther & Russsell, 2010).

Las metáforas, en tanto imágenes y/o significantes nuevos, otorgan ignorados espacios reflexivos que van adquiriendo una sensación o experiencia de realidad, de “verdad” en los relatos. Si toda verdad proviene de la capacidad creativa e imaginativa del ser humano, en tanto que tiene capacidad ficcional y de olvido, las hipótesis, metáforas e imágenes van siendo incorporadas con igual característica, en tanto atributo legítimo, al interior de la temporalidad de la narración. Entonces sería fundamental, para una práctica (teatral o psicoterapéutica) lúdica pero seria, la capacidad de imaginar. Esta palabra proviene del latín” imaginatio”, a su vez de imago (imagen o retrato) la cual se relaciona con imitari, es decir, imitar. Las hipótesis imitan mundos posibles; las imágenes son mundos “reales” posibles y virtuales.(1)

El empleo de la metáfora es, un recurso tan viejo como la historia de la humanidad. Nuestros antecesores, antes de lograr la creación de la escritura, idearon los relatos mitificados como el medio más útil y directo de transmitir conocimientos, técnicas, procedimientos y modos de obrar a las generaciones siguientes, las que, a su vez, conservaban esa transmisión oral como un tesoro precioso, y que ocasionalmente enriquecían con nuevos relatos aprendidos de pueblos vecinos, destilados del ingenio de algún chamán perspicaz, para legársela a sus sucesores.
De esta manera, los relatos tradicionales debieron de constituir una especie de primitiva globalización que reflejaría esa entidad hipotética a la que el maestro C. G. Jung denominó “inconsciente colectivo”. La plasticidad y la utilidad de tal material narrativo radicaba –y radica– en la posibilidad de apropiarse de un relato perteneciente al tesoro común y personalizarlo a la medida de las propias necesidades convirtiéndose uno mismo en coautor del relato recibido. De ahí la condición de necesaria ambigüedad que toda metáfora debe conservar para ser realmente efectiva(2).

También, pensando en el uso desde la antigüedad de las metáforas, los diálogos de Platón no son otra cosa que metáforas sabias en las que el filósofo planteaba toda una serie de cuestiones sobre la vida y la muerte, el alma, el amor, el conocimiento y la sabiduría, el valor y las virtudes cívicas. Pero, como buen narrador de metáforas, el “divino Platón” se limitaba a abrir cuestiones más que a cerrar respuestas (aspecto importante este, a la hora de intentar comprender la efectividad de su empleo).

¿Y las parábolas evangélicas? ¿Cuál es su sentido y su posible utilidad al emplearlas?, “El que tenga oídos para oír que entienda”. Las palabras de Jesús van derechas al interior del oyente sin necesidad de pasar el filtro de la inteligencia. Este es el que efecto producen las metáforas.

“El mapa no es el territorio; ningún mapa cubre todo el territorio y todo mapa es autorreflexivo”. Cualquier metáfora, tiene que basarse en algo diferente de aquello a lo que se refiere; además, el valor de las metáforas reside en subrayar los aspectos más relevantes de la situación que representan. Y por último, la narración metafórica ha de presentar una vaguedad tal que, ofrecida a cualquier lector, a cualquier oyente, éste no tendrá otra salida que interpretarla en función de sus propios contenidos mentales, como si se tratara de una especie de test de manchas de tintas. De modo que la magia de las metáforas no consiste en otra cosa que en escuchar el eco de nuestro propio interior resonando en el argumento de una historia aparentemente ajena y lejana.

Cía (2000) expresa que las metáforas posibilitan una novedosa visión en la organización del mundo; pero más importante aún que esta función, al crear una metáfora, es abrir la puerta a la posibilidad de hacer asociaciones nuevas; por consiguiente, la emergencia de una metáfora abre a lugares extraños, dolorosos quizás, pero al mismo tiempo crean nuevos significados y abren, en forma fugaz, nuevos sentidos.

La metáfora nos permite hacer una traducción de los elementos de la historia o la experiencia compartida, a otro lenguaje más enriquecido, más complejo, con sugerencias simbólicas. En este momento del desarrollo del artículo, podríamos hacer una referencia a los conceptos de lo real, simbólico e imaginario de Jacques Lacan -SIR-, y de su nudo Borromeo (ver figura a continuación), que entrelaza de forma íntima las tres esferas o registros del funcionamiento psíquico: lo imaginario, se funda -tal cual su nombre lo indica- en el pensar con imágenes, o representación, pensamiento primario; el registro de lo simbólico tiende a traducir toda clase de información a unidades del tipo signo, por medio del proceso dialéctico de la metonimia /metáfora; lo real es todo aquello que tiene una presencia y existencia propias y es no-representable)

En el teatro playback, usamos un lenguaje de imágenes, de uso del espacio y la arquitectura, de sonidos, de colores, de gestos, con telas y a veces con otros objetos (cadena, una máscara, una cuerda…). El uso de este lenguaje sería más primitivo, al prescindir de la palabra hablada, y permitiría acceder a una experiencia incluso pre-verbal, favorecida por la vaguedad o ambigüedad de lo expresado, y por la resonancia de los ecos del propio contexto del receptor.

El nudo Borromeo – Jacques Lacan

2-LA MAGIA DE LAS METÁFORAS Y LA NEUROCIENCIA

Siguiendo también a Waztlawick (1989) existen dos tipos de lenguaje: el de la razón, que busca explicar, es objetivo, lógico y correspondería al hemisferio izquierdo. Y el de la totalidad, la metáfora, la imagen, la poesía…y que corresponde al hemisferio cerebral derecho.

Según el autor el hemisferio derecho traduce a imagen, a figura, la realidad vivenciada. Y el izquierdo analiza la imagen, la divide en partes, deduce las consecuencias.

El uso de la imagen en terapia, está en la actualidad respaldado por los descubrimientos procedentes de la neurociencia. Ya que el trauma psicológico se relaciona con la falta de comunicación entre hemisferios cerebrales. Los estudios muestran que el hemisferio izquierdo se desactiva en situaciones traumáticas y que el derecho tiene un importante papel en emociones negativas como la ansiedad. De aquí se desprende que la construcción de una imagen favorece la comunicación interhemisférica al realizarla, lo que se relaciona con el hemisferio derecho, y luego comentarla y realizar los soliloquios, que se corresponde al izquierdo (3).

Nuestro cerebro es una organización generadora de sentido que busca activamente una conclusión, de modo que pueda cerrarse el interrogante creado. El aumento de la expectación garantizará mayor curiosidad, a fin de poder resolver el interrogante. Esto es algo empleado por los guionistas de cine, para crear una situación que motive y atrape al espectador en la historia presentada….aumentando así el interés y la búsqueda de respuestas posibles a lo presentado y percibido.

La utilización de metáforas encuentra su marco más idóneo en las corrientes psicológicas más actuales: constructivismo, terapia narrativa, terapias sistémicas, enfoques estratégicos y todas las nuevas tendencias que enfatizan la importancia del sujeto como creador y protagonista de su propia metáfora existencial (es un ejemplo claro de este aspecto el Psicodrama, como modelo privilegiado que busca desplegar las potencialidades del ser humano, desde su más íntima verdad) frente a las viejas concepciones de corte pasivo que simplemente consideraban al “paciente” como mero receptor de la acción terapéutica y, por lo mismo, simple figurante secundario del argumento metafórico preponderante de la figura de poder correspondiente ya fuera un terapeuta, formador o dirigente. Y, en estos nuevos contextos de intervención psicológica, el principal objetivo se centra en la toma de conciencia de aquella narración que constituye la vida de cada uno, en la propia metáfora existencial. Se trata de vehículos indirectos, aunque muy poderosos, que nos permiten replantearnos la propia experiencia desde perspectivas inusuales o inesperadas.

Así, la “magia” de las metáforas no consiste en otra cosa que en proporcionar un momento inicial de motivación, facilitar el surgimiento de alternativas de acción o ilustrar con pinceladas iluminadoras un objetivo para mantenerlo en el punto de mira.

Otra de las facetas que hace de la metáfora un instrumento particularmente eficaz es el hecho de que le permite al narrador seleccionar conceptos complejos, difíciles de explicar, y recrearlos de forma mucho más concreta y asimilable. El nudo Borromeo – Jacques Lacan 40 Mayo 2019 A fondo Las metáforas permiten exteriorizar el pensamiento abstracto y trasladarlo a una representación tangible basada en datos sensoriales. Esto es tal vez lo que quiere decir Leonard Shlain (en el capítulo 1 de su libro “El Alfabeto contra la diosa”) cuando escribe que “la metáfora es la contribución única del hemisferio cerebral derecho a la capacidad lingüística del hemisferio cerebral izquierdo” (4).

Y cada relato combina una lógica interna y una secuencia narrativa que encuentran su expresión a través de las palabras (que son del dominio del hemisferio cerebral izquierdo) con elementos de creatividad, y configuración de pautas que encuentran su expresión a través del tono y la emoción (que son del dominio del hemisferio cerebral derecho).

De este modo, ambos hemisferios de nuestro cerebro intelectual –el neocórtex– se ven estimulados. Estos factores contribuyen considerablemente a nuestra comprensión de la atracción que ejercen los relatos como vehículos portadores de significado, de la perdurabilidad de los mismos y de la aceptación de que gozan entre las gentes de diferentes edades, culturas y estilos en el procesamiento de la información.

También es importante traer aquí y añadir, que a un nivel más profundo, los relatos pueden ser arquetípicos.

Los cuentos, las metáforas y los mitos contienen la historia, la cultura, los valores y las costumbres de la gente. Dado que pulsan las cuerdas más profundas de la experiencia comunitaria compartida, actúan a nivel consciente e inconsciente, transmitiendo “mensajes” de forma directa e indirecta.

Es la conexión con el inconsciente lo que cuestiona y perturba nuestro sentido habitual de nosotros mismos y de nuestra propia identidad, nuestras actitudes programadas, nuestros mapas rutinarios del mundo. O, por el contrario, los confirma.

Los relatos metafóricos, y las metáforas teatralizadas, ejercen su atractivo porque conectan con los lectores y espectadores de muy diferentes y profundas formas. Debido a que permiten establecer una conexión a distintos niveles, se prestan a una amplia variedad de usos, motivados: por puro placer estético de observar la expresión; para modificar el ánimo, el estado general o el nivel de activación de una persona o de un grupo; para reformular un problema presentándolo como una nueva oportunidad; para contemplar una conducta o actitud desde una perspectiva diferente; para cuestionar una visión limitada del mundo; para cuestionar una conducta inaceptable; para ofrecer un modelo de conducta o de actitud más útil; para explicar un aspecto de forma indirecta; para demostrar que un determinado problema no es novedoso ni excepcional; para fortalecer la creatividad; para demostrar las inadecuaciones del razonamiento lógico (por ejemplo, un koan, ejemplo de pensamiento no racional ), etc.

3-METODOLOGÍA DE APLICACIÓN EN TEATRO PLAYBACK

Recomiendo leer el artículo de Assael Romanelli (5) , contenido en el IPTN Journal, que detalla los usos de las metáforas, y propone diversos ejercicios y aplicaciones.

Como comentario general, en la incorporación del lenguaje metafórico en la actuación, es recomendable permitirse seguir un viaje intuitivo a través de las propias imágenes o sensaciones asociadas, confiar en ellas, y permitirles expresarse a través del cuerpo, de la voz, de los materiales, etc..

De manera esquemática, se puede incorporar o trabajar, tanto en el entrenamiento regular como en talleres puntuales, y funciones públicas, desde (sugiero de forma sintética algunas propuestas prácticas para su aplicación):

** lo verbal:

– en parejas, activando la asociación libre verbal (por semejanzas, o por Mayo 2019 41 opuestos) y construir historia a partir de la escucha (una de las personas diría palabras, asociando de forma libre, en un tiempo concreto, y la otra escucharía; al finalizar, la que escuchó construiría la historia)

– en parejas caminar con pregunta o frase que uno formula, a la que el otro responde y observando y seleccionando desde lo espacial y los objetos que son vistos en el momento presente. Cuando el que pregunta siente que tiene sentido la respuesta proporcionada por la pareja del ejercicio (sentido desde lo metafórico), se da por finalizado el ejercicio.

– construir un cuento o historia grupal por asociación libre; primero puede construirse la “hª grupal”, por asociación libre, con una frase que dice cada una de las personas en el grupo; después puede también dramatizarse.

** lo no verbal / corporal:

– escuchar la historia y devolverla transformada con lenguaje de cuentos o leyendas (incluyendo algunos de los elementos característicos del lenguaje de los cuentos), y escenificarla después.

– resonar con la historia en un lugar del cuerpo (después de escucharla),amplificando esta resonancia, y desde ahí permitirse improvisar corporalmente, a partir de las sensaciones experimentadas, asociando imágenes y escenas a estas sensaciones, que se vayan encadenando, “anclando” algún elemento de la historia escuchada (es decir, utilizándolo dentro de la escenificación)

– después de la escucha, usando teatro físico en la devolución; para ello, sugiero utilizar la identificación previa con los elementos básicos de la naturaleza (y del tipo de sensaciones que evocan y promueven, y desde ahí, improvisar): aire, fuego, tierra y agua (cultura occidental), + éter (cultural hinduista y japonesa; Aristóteles, materia de las estrellas); en china: tierra, agua, fuego, metal y madera)

– ejercicio de exploración o entrenamiento: diseñar una tabla de conceptos en el espacio; para ello, hay que delimitar en el espacio físico de trabajo grupal tantos “huecos” como conceptos se quieran explorar. Colocar los conceptos que recojan emociones o estados (tristeza, alegría, ansiedad, miedo, rabia, etc….), y pedir a cada participante el pasar a través de todos ellos, desde el elemento natural elegido (tierra, fuego, agua y aire), que se habrá entrenado previamente.

** con objetos e instrumentos musicales

– utilizando objetos como telas, instrumentos musicales, u otros elementos expresivos, desde los que expresar lo evocado y las resonancias de la historia escuchada. Con las telas, es especialmente importante el uso del espacio escénico, junto con aspectos como el ritmo, la velocidad, la fuerza, la forma, el movimiento, la pausa, etc..

** estructuras especialmente afines a lo metafórico: escultura fluida, coro (como ameba), V narrativa, eco, forma larga, las 4 estaciones, pares (lo racional y lo corporal -arriba ya bajo-),etc

**conducción: estimular las sugerencia de analogías, introducidas en la entrevista al narrador (¿cómo sería si fuera un animal, un color, qué estación del año, qué elemento de la naturaleza?); y desde ahí, estimular la creación de la historia metafórica en el narrador.

Y para finalizar, me pregunto…:

¿qué es lo que sostiene y confiere veracidad al lenguaje metafórico, en el teatro playback…?

Creo que es la escucha, la entrega a las sensaciones experimentadas en el “aquí y ahora”, la atención a las imágenes percibidas de forma intuitiva, la confianza (en uno mismo, en el equipo, en el momento) y la presencia de quien actúa (como una entrega total a la devolución orgánica de lo resonado, con
todo el cuerpo, con veracidad, sentimiento e intensidad, desde el momento cero en el que se incorpora el rol que se muestra); todo ello, en una conexión delicada…como un hilo rojo, sustentado en una narrativa reticulada (6) que se apoya en la historia contada, la espontaneidad, el clima creado, y la guía.

 

En quien un mapa se dibuja atento,
Pues el cuerpo es la tierra,
El fuego, el alma que en el pecho encierra,
La espuma el mar, y el aire es el suspiro,
En cuya confusión un caos admiro;
Pues en el alma, espuma, cuerpo, aliento,
Monstruo es de fuego, tierra, mar y viento.
“La vida es sueño”, de Pedro Calderón de la Barca

Referencias/Bibliografía

1- Carreón Catalán, J. Ignacio-Las metáforas como guías lúdicas para la exploración y la emergencia de nuevas narrativas en el espacio terapéutico: ideas intempestivas nietzscheanas para pensar la práctica clínica sistémica. Límite-Revista interdisciplinaria de Filosofía y Psicología, Volumen 9, Nº 29, 2014

2- Owen, Nick-La magia de la metáfora-77 relatos breves para formadores, educadores y pensadores- Descléée Des Brauwer https://www.edesclee.com/img/cms/pdfs/9788433018298.pdf

3- Rosselló Rey, Estrella– Uso de la técnica de construcción de imágenes en terapia individual desde el enfoque de psicodrama – Apuntes de Psicología 2013, Vol. 31, número 3, págs. 421-426. Universidad de Cádiz, Universidad de Córdoba, ISSN 0213-3334

4- Lakoff, George & Johnson, Mark, Metaphors We Live By, University of Chicago Press, Chicago, 1980. 3. Shlain, Leonard, The Alphabet versus the Goddess, Penguin Arkana, Londres, 2000.

5-Assael Romanelli -Metaphors in Playback Theatre – Bringing it to the right brain IPTN (Journal -Featured article) https://www.iptn.info/?a=doc&id=505

6- Fernández, A.M. (coord.), Fox, J., Fox, H., Dono, S., Costa, R., Dantis, E., Fava, C., Chan, A., Nash, S., Nitsche, R., Vicente, A.,(2018) Teatro Playback: Historias que nos conectan Barcelona . España. Octaedro

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