La hoja de psicodrama nº 70

Carta de presidencia 70

Es para mí un honor escribir para la Hoja de Psicodrama que sale durante el confinamiento debido a la pandemia Covid-19. Me parece fabuloso que tantas personas hayan tenido la generosidad, en esta situación de tragedia global, de duelo colectivo, de encontrar un tiempo para hacer posible nuestra revista. Con las diferentes contribuciones: desde los autores y autoras que ha compartido sus artículos, el comité editorial que hizo la revisión de los mismos, la vocalía de la revista que ha coordinado todo el trabajo científico y material, para que hoy esté en nuestras manos. Muchas gracias a todos y todas por tanto esfuerzo.

Es también un honor presidir la Asociación Española de Psicodrama en estos momentos de incertidumbre y ser testigo de todos los movimientos que se están dando en nuestra Asociación.

La tecnología ha convertido las pantallas, a modo de espacio transicional, en el lugar de la creación, y hemos sido capaces de adaptar nuestra forma de trabajar a esta nueva realidad. Para ello, hemos encontrado también mucho apoyo entre los que tenían más experiencia y los que menos, que con gran generosidad, se ha compartido formación e información entre psicodramatistas, y me he sorprendido gratamente de la capacidad de respuesta, de adaptar sesiones individuales, espacios grupales y formativos a esta situación que estamos viviendo.

También hemos disfrutado de espacio de cuidados, de formación, de co-creación y de teatro, entre nosotros/as, dirigidos por socios/as, o por personas de otros países y de otros continentes, ¡Qué maravilla!, ¡Por un momento mi compañera de dos calles más abajo estaba tan cerca como otra compañera al otro lado del Atlántico!¡Que agradable sorpresa! Todas las personas estamos a la misma distancia, somos iguales. Fascinada por todas estas sensaciones nuevas.

Convencida: “Moreno estaría haciendo Zoom”.

Con respecto al Congreso de León, triste y difícil la decisión del Comité de León, pero oportuna y necesaria el aplazamiento para el año 2021. Agradecerle al equipo el trabajo realizado y nos veremos pronto, si 20 años nos son nada, ¡de uno ni os cuento!

Como la obligación de realizar la Asamblea ordinaria sigue vigente, vamos a realizarla de forma virtual, y simultáneamente tendremos grupos virtuales, que aún no sé cómo llamarlos: talleres, coloquios…. Un espacio y un tiempo de psicodramatistas para psicodramatistas.

Aprovecho también para expresar mi preocupación por la “virtualidad”, en especial en sus consecuencias negativas tanto en las relaciones sociales como en la salud física y mental. En especial dirijo mi mirada a la incorporación en la relación terapéutica de las pantallas, de la distancia, de la virtualidad y que acabe dividiendo la salud por una brecha en “salud para ricos” presencial y “salud para pobres” virtual (quizás es mejor que nada qué es lo que muchas personas tenían hasta ahora). Algo que ha venido para quedarse y que como he comentado anteriormente tiene muchas posibilidades, sobre todo en el camino de la flexibilización, de la conciliación, de la universalización, de acortar distancias, pueda ser un arma con doble filo y amplíe la distancia social en la calidad de los servicios de salud. Que la excepcionalidad sea la regla y el psicodrama del encuentro como lo soñó Moreno se vea constreñido, que la posibilidad de tratar la humanidad como proponía Moreno en “Who shall survive?” se empañe detrás de las máquinas, que este duelo colectivo, este trauma social que va a suponer el Covid-19 que todas sus muertes se oculten -como otras veces en la historia, en nuestras historia- y tras generacionalmente se trasmita.

Por eso apelo a la sobradamente probada creatividad de las personas psicodramatistas, que cada cual en su campo contribuya con lo aprendido a ese tratamiento de la humanidad completa de este duelo cultural, ya que tras él podremos encontrar personas dando respuestas espontáneas a los retos plateados en el planeta. Aprovechando todo lo que tenemos, siendo innovadores como Moreno lo era. Lanzados a la acción y no a la queja. Hambre de actos, no empacho de quejas.

Por último, agradecer a los socios y socias que han trabajado en condiciones muy difíciles, a todos y todas que han ayudado a mejorar esta sociedad, a todos y todas que se han quedado en casa de forma creativa, en especial a las personas que han estado en compañía de sí mismas.

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