La hoja de psicodrama nº 75

EL PSICODRAMA COMO MÉTODO DE EVALUACIÓN DE PROGRAMAS FORMATIVOS
Saracho, E.; Santamaría, I.
Fecha de recepción: 08/09/2022.
Fecha de aprobación: 24/09/2022.
LA HOJA DE PSICODRAMA Nº 75 (15-20)

Resumen

Se estudia la validez de la utilización de técnicas del psicodrama para la evaluación de programas formativos destinados a la capacitación de profesionales que trabajan bajo una importante presión emocional. Para ello se describe el diseño de un estudio de caso, actualmente en curso y todavía no concluido, basado en el análisis cualitativo de las esculturas representadas en la última sesión del curso que realiza el Negociado de Prevención de las Adicciones del Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao. El curso se llama “Herramientas” y va dirigido al personal que trabaja en los diferentes recursos que atienden a la población en alto riesgo social del Área de Bilbao. El presente trabajo es fruto de la colaboración del Ayuntamiento de Bilbao, Ediren cooperativa de Salud y la Universidad del País Vasco (UPV).

Abstract

The validity of the use of psychodrama techniques for the evaluation of training programs aimed at training professionals who work under significant emotional pressure is studied. For this, the design of a case study is described, currently underway and not yet completed, based on the qualitative analysis of the sculptures represented in the last session of the course carried out by the Addiction Prevention Bureau of the Health and Consumption Area of Bilbao City Council. The course is called “Herramientas” and is aimed at staff who work in the different resources that serve the population at high social risk in the Bilbao Area. This work is the result of the collaboration of the Bilbao City Council, Ediren Cooperativa de Salud and the University of the Basque Country (UPV).

El psicodrama como método de evaluación de programas formativos: Un estudio de caso

Introducción

Siempre es importante evaluar las intervenciones formativas, pero el proceso de evaluación adquiere especial relevancia cuando las actividades están dirigidas a profesionales que trabajan expuestos a fuertes cargas emocionales. Se trata de cuidar a la persona cuidadora y “acercarnos” a sus necesidades utilizando el psicodrama. Esto es lo que viene haciendo el Negociado de Prevención de las Adicciones del Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao desde el año 2006 en sus cursos de formación llamados de forma abreviada “Herramientas” e impartidos por Ediren cooperativa de salud-osasun kooperaiba. Por estos cursos han pasado más de 500 profesionales que trabajan en los diferentes recursos que atienden a la población en alto riesgo social del Área de Bilbao. En estos cursos la herramienta formativa utilizada principalmente ha sido el psicodrama desde su inicio.

Ningún aprendizaje es emocionalmente neutro. Los conocimientos prestablecidos son desafiados por las nuevas ideas o formas de ver un mismo fenómeno y esto levanta ansiedades que se muestran en forma de resistencias al cambio (Pichón-Rivière, 1980). Esto es especialmente relevante cuando el objeto de estudio conlleva una fuerte implicación de emociones personales. Es por ello que resulta difícil diseñar instrumentos de evaluación de programas formativos fundamentados en un aprendizaje experiencial donde el componente emocional está muy presente. Los procesos de evaluación con metodologías fundamentadas en paradigmas positivistas resultan más fáciles de aplicar y fiables, pero pueden llegar a ser reduccionistas. Por su parte, los procesos de evaluación con metodologías cualitativas permiten que la recogida de información se realice de una manera más integrada y contextualizada, pero además de exigir un mayor esfuerzo por parte de la persona evaluadora son susceptibles de sesgos en su interpretación. Como vamos a ver el psicodrama aporta recursos que ayudan a superar esta dicotomía de los métodos de evaluación cuantitativa vs. cualitativa. Por todo ello, en colaboración con la UPV, se ha diseñado un estudio de caso, que actualmente está en curso, y cuyos resultados preliminares presentamos.

Objetivos

  • Mostrar un método de evaluación, práctico y asequible, de cursos de formación donde se abordan intensas cargas emocionales basado en las técnicas que proporciona el psicodrama.
  • Describir el diseño de un estudio de caso para demostrar la fiabilidad de esta forma de evaluar acciones formativas.
  • Dar un pequeño avance preliminar de los resultados obtenidos.

Método

Las principales dificultades que es necesario solventar a la hora de diseñar un método para evaluar grupos de formación con un alto componente vivencial son:

  • ¿Evaluamos a personas individuales o al grupo como un todo?
  • ¿Cuál es el objeto de estudio? ¿Evaluamos el aprendizaje de conceptos racionales, o de formas de gestionar emociones o de pautas de actuación en momentos difíciles? (Pensar, Sentir, Actuar)
  • Los aprendizajes, ¿Generan cambios aplicables al trabajo diario y duraderos o son momentáneos?

Como vamos a ver, el psicodrama, aporta herramientas que contribuyen a resolver estos interrogantes.

A lo largo de su andadura los métodos de evaluación del curso de “Herramientas” han ido evolucionando. Actualmente se está utilizando la escena, no solo como herramienta formativa sino también como un método de evaluación que ha resultado muy útil y rápido de aplicar.

El psicodrama trabaja con producciones grupales espontáneas realizadas en el “aquí y ahora” de la sesión (Moreno, 1961). El grupo construye una escena, con alguna pequeña consigna inicial, pero sin un guion elaborado previamente. Al hacerlo, el grupo funciona como una unidad y no como una suma de partes, como un único “aparato psíquico grupal”, que diría R. Kaes (2009). Esta construcción grupal es un acto creativo que se convierte en una expresión directa del clima grupal imperante en el momento concreto de su realización. Esto es, la producción grupal trasciende las intenciones individuales conscientes que las personas participantes tienen previas al inicio de la acción. La técnica psicodramática permite representar, dar corporeidad y así explicitar un conjunto complejo de vivencias (Becerril-Maillefert, 2017). Esto da opción a su posterior verbalización, elaboración y registro.

A lo largo de los cursos hemos observado que el clima de un proceso grupal en su última sesión se caracteriza por el incremento en la aparición de ansiedades en las personas participantes que tienen que ver con la separación, la incertidumbre y la inseguridad sobre todo lo aprendido. Estas ansiedades, cuando el grupo está suficientemente cohesionado, se convierten en auténticos catalizadores de la acción grupal espontánea y dan lugar a escenas muy reveladoras que reflejan de forma muy fiable el sentir grupal y las vicisitudes de su proceso a lo largo de la acción formativa. La acción espontánea evita resistencias que pudieran venir a través de discursos racionales que distorsionarían las auténticas emociones vividas. Éstas son muy difíciles de representar en un cuestionario.

La última de las diez sesiones de la que consta el curso se dedica exclusivamente a hacer el cierre del curso con los objetivos de integrar los diferentes contenidos trabajados, evaluar el curso y hacer la despedida del grupo.

En el caso del presente estudio hemos utilizado el psicodrama con la técnica de las esculturas (sculpting) en la parte final de la última sesión, cuando la intensidad emocional del clima grupal es la más alta de todo el proceso formativo. Dividimos al grupo de participantes en subgrupos de no más de cinco personas y les pedimos que con unos pocos minutos de preparación construyan con sus cuerpos tres esculturas que representen cómo han vivido tres momentos del proceso formativo.

  1. Momento inicial: ¿Cómo vinisteis?
  2. Momento de desarrollo: ¿Cómo habéis estado?
  3. Momento final: ¿Cómo os vais?

Resultados

Con el debido consentimiento informado de las personas participantes mostramos algunas fotos de las esculturas aportadas por dos de los 4 subgrupos que trabajaron:

Grupo 1

¿Cómo vine?

 

Se puede apreciar unas expresiones coincidentes de sorpresa, susto y cierto recelo o escepticismo que indican una actitud inicial altamente defensiva.

¿Cómo he estado?

En este caso los cuerpos expresan cierta avidez por el aprendizaje, “quiero más, necesito más, dame más”. Muestran una actitud demandante con cierta voracidad.

¿Cómo me voy?

Aquí indican una actitud reflexiva muy contenida. Se puede apreciar un proceso donde se ha elaborado su demanda voraz dando lugar a una serena reflexión. Probablemente esperaban pautas o protocolos para resolver situaciones difíciles, pero se han encontrado con elementos para la reflexión que les coloca en un rol más maduro y protagonista.

Grupo 2

¿Cómo vine?

En este grupo vemos gran disparidad de gestos. Unos muestran una visión estrechada (orejeras), otro abatimiento, otra desesperación y otra apertura.

¿Cómo he estado?

La visión se amplía, la cabeza se yergue, los brazos piden y reclaman, la desesperación se reduce y aparece la reflexión.

¿Cómo me voy?

La mirada ya no tiene restricciones, hay ánimo para el avance, hay agradecimiento por lo recibido a la vez que súplica no ser abandonada y donde antes había desesperación e impotencia aparece una expresión de evidente empoderamiento.

En estas tres esculturas realizadas en pocos minutos cada una aparece condensado todo un proceso grupal de 40 horas de trabajo. El grupo ha tenido que solventar diferentes obstáculos en forma de ciclos de resistencias al cambio vs. necesidad de cambio que producen movimientos de avance y retroceso que Pichón-Rivière describe con el concepto de “espiral dialéctica” (Pichón-Rivière, 1970). Estos movimientos pueden verse reflejados en las esculturas.

Sin embargo, estos resultados bien podrían ser producto de un clima grupal particular y momentáneo. Las intensas emociones generadas en una sesión de cierre de un programa largo e intenso pudieran distorsionar los aprendizajes conseguidos. Es por ello que consideramos necesario contrastar estos resultados con otras fuentes de información siguiendo los parámetros de la investigación cualitativa. Para ello y en colaboración con la UPV hemos planteado un estudio de caso.

Para la recogida de datos se utilizará el diario del observador, entrevistas en profundidad con las personas participantes en la experiencia y los relatos autobiográficos sobre lo experimentado de estas mismas personas. Los datos recogidos se analizarán siguiendo estrategias de categorización y triangulación que posteriormente se utilizarán para desarrollar un informe que dé cuenta del estudio planteado. Este es un trabajo actualmente en curso y del que esperamos poder aportar nuevos resultados en un futuro próximo.

Conclusiones

La incorporación de técnicas activas al diseño de la evaluación de programas formativos con un alto componente vivencial aporta una información valiosa que sería más difícil y laboriosa de conseguir por otros medios.

Para realizar un buen análisis cualitativo de las producciones grupales hemos de intentar leer en la gestualidad las ansiedades latentes que se han puesto en juego y no siempre han podido ser explicitadas. La interpretación de la información obtenida por estos medios requiere de un conocimiento profundo de las vicisitudes de la dinámica grupal producida por el proceso formativo.

Para validar este método de evaluación es necesario contrastar la información obtenida del análisis cualitativo esta manera con otras fuentes de información.

Referencias/Bibliografía

REFERENCIAS

Becerril-Maillefert, C. (2017). Psicodrama. Amat.

Kaes, R. (2009). El aparato psíquico grupal: Construcciones de grupo. Gedisa.

Moreno, J. L. (1961). Psicodrama. Paidós.

Pichón-Rivière. E. (1970). Del psicoanálisis a la psicología social. Nueva Visión.

Pichón-Rivière. E. (1980). Teoría del vínculo. Nueva Visión.

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